Libertad de expresión. Peor es arruinar a los españoles.

El Periódico

Actualizado el 16/11/2023 00

El clima político de esta XV legislatura que aún no ha empezado a rodar ya es tremendamente hosco. Y lo peor es que todo apunta a que no mejorará. La mayoría que apoyará la investidura de Pedro Sánchez es una suma de siglas con demasiadas aristas y la oposición agita la bandera de la radicalización y el insulto como si no hubiera un mañana. España va a vivir un tiempo de alta polarización, eso que antes llamábamos crispación y no es más que la discrepancia crónica de dos países muy distintos, dos miradas divergentes y dos voces que no se escuchan. Es el signo de una época en la que unos prenden la mecha desde la tribuna de oradores y otros hierven la calle y las redes sociales. Para que una presidenta autonómica, como Isabel Díaz Ayuso, profiera desde la tribuna de invitados un nítido “hijo de puta” al presidente del Gobierno y, además, sus asesores se regodeen de ello es que este país –al menos, una parte– está muy enfermo.

Otra vez la retórica insultante y faltona. Otra vez esa oposición que confunde la crítica con el insulto. Otra vez esa derecha que no acepta la pérdida del poder. Nadie puede negar que Sánchez afronta un problema de credibilidad por sus contradicciones sobre la amnistía, como le reprochó una y mil veces Feijóo, pero tampoco que el presidente del PP persiste en el error de una estrategia inflamada que le confunde con los ultras de Vox y le maniata a los sectores más radicales de su partido. El PP transita a un partido diminuto y muy alejado de ese centro moderado que antaño le ayudó a conquistar el Gobierno.

Libertad de expresión. Peor es arruinar a los españoles.