LA IGLESIA CATÓLICA Y LA POLÍTICA (1ª Parte)
-Observo después de leer la totalidad de los mensajes que sobre el tema en cuestión nos ocupa, que casi la totalidad de las intervenciones que se recogen no hacen referencia, en absoluto, a emitir una opinión o valoración objetiva, más bien son ataques personales a cerca de la calidad literaria u ortográfica de los intervinientes, susceptibilidades en cuanto a las interpretaciones de palabras consideradas insultos, que si “tú me dices” o que si “yo te digo” tomadas como ofensas y agravios en lo más profundo e interno del honor y personalidad del supuesto ofendido. Abandonemos estos comportamientos propios de otros ambientes, -proclives a semejanzas tabernarias-, y debatamos y emitamos, dentro de nuestro proceder, juicio, conocimiento y creencia, aquello que, aun por nimio que sea, pueda ser constructivo e instructivo si no y en caso contrario, pierde toda esencia y naturaleza de debate.
-Para no llamarse nadie a engaño, hago una declaración que, actualmente es políticamente incorrecta y va contra el sistema y régimen actual: Soy, entre otras más cosas, creyente y practicante, lo que es lo mismo católico, sin mojigaterías, santerías o beaterías.
-Hecho este preámbulo, hago desde mi personal análisis, algunos juicios y consideraciones al tema debatido: El término o vocablo politizar es muy amplio en su definición y que podría dar lugar a interpretaciones erróneas sobre si la Iglesia tiene o no tiene que inmiscuirse en asuntos temporales. Entre las diferentes acepciones que la palabra en sí tiene, elijo aquella que creo más coherente y más en consonancia con el asunto y dice: Politizar:- ”Orientación o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado”.
-Si recordamos aquello que Jesucristo encomendó a sus discípulos de que fueran por el mundo dando a conocer sus enseñanzas y Evangelio, independientemente de todas las aberraciones y tropelías habidas y cometías a lo largo de la historia, es el principio, la esencia, naturaleza y núcleo de la Iglesia. Las enseñanzas y doctrinas de la Iglesia son inductoras y transmisoras de comportamientos y procederes del BIEN en el más amplio sentido de su definición; garantes y censores de unos valores morales, sean individuales o sociales; de una persona, de un grupo o de una nación y sus enseñanzas no deben permanecer herméticamente cerradas entre muros eclesiales, monásticos o conventuales, sino en la sociedad, abierta al mundo a quien, en definitiva, van dirigidas. ¿Alguien ha recibido algún consejo o instrucción de la Iglesia a seguir al MAL y obrar en consecuencia?
-En ocasiones, yo diría que con bastante frecuencia, se reclama a la Iglesia que busque por sí misma autofinanciación renunciando a cualquier tipo de ayuda pública, desde una perspectiva de laicidad del Estado, demanda y reivindicación que las juzgo coherentes y pragmáticas e incluso convenientes y necesarias. Pero en otras situaciones se levantan voces invocando y demandando pobreza y renuncia a las tópicas “grandes fortunas” a favor de los más necesitados, y que la Iglesia venda, como en este foro se ha dicho, sus propiedades (museos, catedrales). Es como si dijéramos que el Estado vendiera las riquezas del Museo del Prado, para paliar las necesidades de los cuatro millones de parados. ¿Y luego qué? Pura demagogia.
Saludos.
Rafael.-
-Observo después de leer la totalidad de los mensajes que sobre el tema en cuestión nos ocupa, que casi la totalidad de las intervenciones que se recogen no hacen referencia, en absoluto, a emitir una opinión o valoración objetiva, más bien son ataques personales a cerca de la calidad literaria u ortográfica de los intervinientes, susceptibilidades en cuanto a las interpretaciones de palabras consideradas insultos, que si “tú me dices” o que si “yo te digo” tomadas como ofensas y agravios en lo más profundo e interno del honor y personalidad del supuesto ofendido. Abandonemos estos comportamientos propios de otros ambientes, -proclives a semejanzas tabernarias-, y debatamos y emitamos, dentro de nuestro proceder, juicio, conocimiento y creencia, aquello que, aun por nimio que sea, pueda ser constructivo e instructivo si no y en caso contrario, pierde toda esencia y naturaleza de debate.
-Para no llamarse nadie a engaño, hago una declaración que, actualmente es políticamente incorrecta y va contra el sistema y régimen actual: Soy, entre otras más cosas, creyente y practicante, lo que es lo mismo católico, sin mojigaterías, santerías o beaterías.
-Hecho este preámbulo, hago desde mi personal análisis, algunos juicios y consideraciones al tema debatido: El término o vocablo politizar es muy amplio en su definición y que podría dar lugar a interpretaciones erróneas sobre si la Iglesia tiene o no tiene que inmiscuirse en asuntos temporales. Entre las diferentes acepciones que la palabra en sí tiene, elijo aquella que creo más coherente y más en consonancia con el asunto y dice: Politizar:- ”Orientación o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado”.
-Si recordamos aquello que Jesucristo encomendó a sus discípulos de que fueran por el mundo dando a conocer sus enseñanzas y Evangelio, independientemente de todas las aberraciones y tropelías habidas y cometías a lo largo de la historia, es el principio, la esencia, naturaleza y núcleo de la Iglesia. Las enseñanzas y doctrinas de la Iglesia son inductoras y transmisoras de comportamientos y procederes del BIEN en el más amplio sentido de su definición; garantes y censores de unos valores morales, sean individuales o sociales; de una persona, de un grupo o de una nación y sus enseñanzas no deben permanecer herméticamente cerradas entre muros eclesiales, monásticos o conventuales, sino en la sociedad, abierta al mundo a quien, en definitiva, van dirigidas. ¿Alguien ha recibido algún consejo o instrucción de la Iglesia a seguir al MAL y obrar en consecuencia?
-En ocasiones, yo diría que con bastante frecuencia, se reclama a la Iglesia que busque por sí misma autofinanciación renunciando a cualquier tipo de ayuda pública, desde una perspectiva de laicidad del Estado, demanda y reivindicación que las juzgo coherentes y pragmáticas e incluso convenientes y necesarias. Pero en otras situaciones se levantan voces invocando y demandando pobreza y renuncia a las tópicas “grandes fortunas” a favor de los más necesitados, y que la Iglesia venda, como en este foro se ha dicho, sus propiedades (museos, catedrales). Es como si dijéramos que el Estado vendiera las riquezas del Museo del Prado, para paliar las necesidades de los cuatro millones de parados. ¿Y luego qué? Pura demagogia.
Saludos.
Rafael.-
Rafael: con todos mis respetos:
Creía que el hablar largamente era exclusivo de los políticos, pero veo que no es así que hay personas Católicas Practicantes, que que también escriben........ escriben......... datos........ mas datos..............., pero siempre hablando de lo que le interesan. Digo ésto porque solo en la 2ª parte de la IGLESIA CATOLICA Y LA POLITICA, haces, perdona si te tuteo, una pequeñísima referencia a los abusos sexuales. Pues bién, a mi modo de ver, hay que ser imparcial y también hablar del coste de esos abusos sexuales a niños, por partes de Curas, Obispos, etc. que concretamente en EE. UU. (500 millones de dólares $ pagaron para acallar y evitar procedimientos judiciales contra la Iglesia, o sea silenciarlo. Así mismo en muy reciente lo de la Iglesia Católica de Irlanda. Me parece terrible lo que ha sucedido y está suciendo y sin embargo no hay un pronunciamiento y condena contra estos abusos por parte del Vaticano, que yo sepa. Por consiguiente muchas veces se dice que tal ó cual partido no ha condenado tal o cual acto terrorista. Hombre, no quiero hacer comparaciones, pero creo que el abuso es un tipo de terrorismo, pues pueden dejar "marcadas" de por vida y con serios trastornos psíquicos, emocionales y de personalidad, etc. etc. a las personas que han sido objeto de los mimos.
Creía que el hablar largamente era exclusivo de los políticos, pero veo que no es así que hay personas Católicas Practicantes, que que también escriben........ escriben......... datos........ mas datos..............., pero siempre hablando de lo que le interesan. Digo ésto porque solo en la 2ª parte de la IGLESIA CATOLICA Y LA POLITICA, haces, perdona si te tuteo, una pequeñísima referencia a los abusos sexuales. Pues bién, a mi modo de ver, hay que ser imparcial y también hablar del coste de esos abusos sexuales a niños, por partes de Curas, Obispos, etc. que concretamente en EE. UU. (500 millones de dólares $ pagaron para acallar y evitar procedimientos judiciales contra la Iglesia, o sea silenciarlo. Así mismo en muy reciente lo de la Iglesia Católica de Irlanda. Me parece terrible lo que ha sucedido y está suciendo y sin embargo no hay un pronunciamiento y condena contra estos abusos por parte del Vaticano, que yo sepa. Por consiguiente muchas veces se dice que tal ó cual partido no ha condenado tal o cual acto terrorista. Hombre, no quiero hacer comparaciones, pero creo que el abuso es un tipo de terrorismo, pues pueden dejar "marcadas" de por vida y con serios trastornos psíquicos, emocionales y de personalidad, etc. etc. a las personas que han sido objeto de los mimos.
IGLESIA Y POLÍTICA
JUJISA: Con los mismos y sinceros respetos debidos:
-No veo ni encuentro relación entre la, - ¡ciertamente!-, larga extensión de mi escrito, - que no charla-, y la exclusividad y práctica propias de políticos, con mis creencias y convicciones religiosas, salvo que tácita e implícitamente sea un acto de condena y rechazo a tan personales conductas, lo cual, y dado el particular y natural carácter privado de las mismas, tendría, posiblemente, que haber sido cauto y precavido manteniéndolas, preferible y convenientemente, en el silencio, que no en su pública manifestación, por la condición propia que algunas proclamas del pensamiento y maneras de conducirse tienen, tanto a nivel individual como colectivo, y que transgreden lo políticamente correcto circunscribiéndose estrictamente a la idea y pensamiento únicos.
-Mis escritos, a veces, pecan de extensos, pero me sucede que mientras escribo me bullen nuevas ideas difíciles de evitar y tengo que expresarlas, como en estos momentos me sucede a tenor de lo expresado arriba, y sin ánimo de personalizar, ¡créeme!-, sino de generalizar, basado en la experiencia. Hoy en día todos, medios de comunicación, políticos, ciudadanos de a pie y en coche, estamos constantemente proclamando conceptos tan bellos en su definición, pero no en su práctica, tristemente, como LIBERTAD, DEMOCRACIA, TOLERANCIA, IGUALDAD, LIBERTAD DE OPINIÓN, que de tanto usarlos indebidamente, con el roce, los estamos desgastando y llenándolos de mugre. Si eres atrevido y osado o tienes la fea costumbre de decir, expresar y defender aquello que se piensa, no se perdona con facilidad; te determinan y te encierran en un búnker ideológico y excluyente ciertos sectores muy avanzados socialmente de esta sociedad, valga la redundancia.
-En mi escrito he procurado, dentro de mis conocimientos y apreciaciones personales, limitarme y condicionarme al tema monográfico que da título a este debate, aportando los datos, -contrastables y comprobables, por cierto!-, y justificar la injerencia de la Iglesia en temas políticos, sin más pretensiones y profundidades filosóficas-metafísicas.
-Ahora… ¿hay que hablar y debatir sobre los abusos sexuales de miembros de la Iglesia? ¿Por qué no? Ese es otro tema. No me inhibo ni eludo el asunto por su índole e inclinación cruel, abominable y execrable y por las repercusiones y secuelas imborrables que dejan en las víctimas. Y no son manifestaciones retóricas, son sentimientos de tristeza, impotencia y pesadumbre. Desearía que se pudrieran en las mazmorras más inmundas, sin consideraciones, reinserciones ni levedad en las penas.
-Conozco y corroboro los abusos sexuales cometidos por curas y obispos en EE. UU. e Irlanda y los costes que ha supuesto acallar y comprar silencios. La evidencia es aplastante e incuestionable; no suelo taponar el sol con un dedo ni meter la cabeza bajo el ala por evitar la cruda realidad. Pero… ¡date cuenta!... qué poder tiene el dinero para acallar conciencias que, incluso, somos capaces de renunciar a nuestros ideales y principios y de silenciar a la justicia por un “puñao de parné”. Esta es la sociedad en la que todos estamos inmersos.
Saludos
Rafael
JUJISA: Con los mismos y sinceros respetos debidos:
-No veo ni encuentro relación entre la, - ¡ciertamente!-, larga extensión de mi escrito, - que no charla-, y la exclusividad y práctica propias de políticos, con mis creencias y convicciones religiosas, salvo que tácita e implícitamente sea un acto de condena y rechazo a tan personales conductas, lo cual, y dado el particular y natural carácter privado de las mismas, tendría, posiblemente, que haber sido cauto y precavido manteniéndolas, preferible y convenientemente, en el silencio, que no en su pública manifestación, por la condición propia que algunas proclamas del pensamiento y maneras de conducirse tienen, tanto a nivel individual como colectivo, y que transgreden lo políticamente correcto circunscribiéndose estrictamente a la idea y pensamiento únicos.
-Mis escritos, a veces, pecan de extensos, pero me sucede que mientras escribo me bullen nuevas ideas difíciles de evitar y tengo que expresarlas, como en estos momentos me sucede a tenor de lo expresado arriba, y sin ánimo de personalizar, ¡créeme!-, sino de generalizar, basado en la experiencia. Hoy en día todos, medios de comunicación, políticos, ciudadanos de a pie y en coche, estamos constantemente proclamando conceptos tan bellos en su definición, pero no en su práctica, tristemente, como LIBERTAD, DEMOCRACIA, TOLERANCIA, IGUALDAD, LIBERTAD DE OPINIÓN, que de tanto usarlos indebidamente, con el roce, los estamos desgastando y llenándolos de mugre. Si eres atrevido y osado o tienes la fea costumbre de decir, expresar y defender aquello que se piensa, no se perdona con facilidad; te determinan y te encierran en un búnker ideológico y excluyente ciertos sectores muy avanzados socialmente de esta sociedad, valga la redundancia.
-En mi escrito he procurado, dentro de mis conocimientos y apreciaciones personales, limitarme y condicionarme al tema monográfico que da título a este debate, aportando los datos, -contrastables y comprobables, por cierto!-, y justificar la injerencia de la Iglesia en temas políticos, sin más pretensiones y profundidades filosóficas-metafísicas.
-Ahora… ¿hay que hablar y debatir sobre los abusos sexuales de miembros de la Iglesia? ¿Por qué no? Ese es otro tema. No me inhibo ni eludo el asunto por su índole e inclinación cruel, abominable y execrable y por las repercusiones y secuelas imborrables que dejan en las víctimas. Y no son manifestaciones retóricas, son sentimientos de tristeza, impotencia y pesadumbre. Desearía que se pudrieran en las mazmorras más inmundas, sin consideraciones, reinserciones ni levedad en las penas.
-Conozco y corroboro los abusos sexuales cometidos por curas y obispos en EE. UU. e Irlanda y los costes que ha supuesto acallar y comprar silencios. La evidencia es aplastante e incuestionable; no suelo taponar el sol con un dedo ni meter la cabeza bajo el ala por evitar la cruda realidad. Pero… ¡date cuenta!... qué poder tiene el dinero para acallar conciencias que, incluso, somos capaces de renunciar a nuestros ideales y principios y de silenciar a la justicia por un “puñao de parné”. Esta es la sociedad en la que todos estamos inmersos.
Saludos
Rafael
Rafael, si ves mi escrito digo, "escriben...... escriben.......... no me refería a charla. Y dicho esto, la exposición de cuanto dices la veo coherente y en particular el último párrafo: Es triste que el dinero "compre" el silencio de quienes son ofendidos, pero tanta culpa tiene el que paga como el que recibe.
Un saludo,
Jujisa
Un saludo,
Jujisa
Efectivamente, tienes razón, y por ello te pido humildemente sinceras disculpas por la errónea interpretación de dicha palabra. Como nunca he visto escribir a ningún político, el subconsciente me ha jugado una mala pasada.
Saludos
Rafael
Saludos
Rafael