LA MUJER SEVILLANA...

LA MUJER SEVILLANA

I
CARMEN

Cuando al caer la tarde, como un suspiro, orean
los rumorosos patios del barrio de Triana,
y el cabello de Carmen, que de negro azulea,
y sus ojos, en donde amor florece y grana...

Envuelto en ese halo de gracia, que defiende
al hombre que es amado de una mujer hermosa,
pasa Antonio; y, en una larga mirada, enciende
el alma y las mejillas de Carmen, ruborosa.

Ella lo ve alejarse, sintiendo confundido
al latir de su pecho el paso conocido.

Y al rezar el Rosario, y al regar las macetas,
un nombre la perturba con delicias secretas...

Y sola ante el espejo -confesará mañana-,
prende en su negro pelo una rosa temprana.

II
ROSARIO

«Los hombres son los hombres». Y hay cosas en la vida...
Ante tales razones, Rosario, convencida,
inclina a la costura la gallarda cabeza,
donde luce una rosa que envidia su belleza.

Y a pensar en su hogar, limpio como un espejo,
que ella cuida y encanta sólo con el reflejo
de su gracia... Rosario lo que es el mundo ignora.
Cuando Juan viene, ríe. Si Juan se tarda, llora.

él, que la quiere mucho, aunque lo diga poco,
vuelve siempre a la sombra del amor verdadero.
Ella espera, y el nido amante y dulce cuida,

donde crece la planta de su cariño loco.
Y Juan no viene acaso aquella noche; pero...
«Los hombres son los hombres». Y hay cosas en la vida...

III
ANA

¿Conocéis la leyenda que atribuye a Santa Ana
la invención del puchero?... ¿Y aquella otra, llena
de aroma y gracia, de una hierba que es buena,
en competencia con otra que es mejor, Ana?

Y en la ruda corteza de los augustos robles
viendo gotas de lluvia resbalar como llanto,
¿pensasteis en los rostros arrugados y nobles
de las abuelas, reinas-madres, que amaron tanto?...

Todo ello se evoca viendo a esta vieja santa,
a quien nimba una lumbre de hogar inextinguida,
bajo la gracia pura del sevillano cielo...

Y aun, con alegres cuentos, al nietecillo encanta;
y aun, heroica, conserva, al final de la vida,
la sonrisa en los labios y la rosa en el pelo.

Del libro "Sevilla y otros poemas" (1918), poemario sobre los tópicos andalucistas y los símbolos castizos.
Se trata de un poema dividido en tres partes o bien de tres poemas encadenados:
I CARMEN: 5 estrofas, versos alejandrinos, rimas distintas en ABAB los cuartetos y 3 pareados.
II ROSARIO: SONETO ALEJANDRINO, rima ABAB, CDEF GHG GHG
III: ANA: SONETO ALEJANDRINO, rima en ABBA CDCD EFG EFG

Resumiento: Estos poemas sofisticados, de verso largo y difíciles, solo contienen lenguaje superficial, por el cual se presenta al público comportamientos típicos de una sociedad caduca. Pero esa no ha sido ni puede ser la sociedad andaluza que contempla con optimismo, sencillez y mucho arte el pasado y el futuro del folklore regional andaluz. En realidad, en estos versos se pueden leer expresiones raras, quizá válidas por aquellos tiempos, pero no en los actuales, en los que predomina la alegría, el arte de la buena poesía, la buana música y el buen cante.