Perspectivas de trabajo de OIDE y su relación con las...

Perspectivas de trabajo de OIDE y su relación con las
experiencias asociativas de la emigración española.-
Primera parte:
Una mirada al pasado.
Hasta 1950, España era básicamente un país agrícola y emigrante. Entre 1850 y 1950, 3.500.000 españoles
emigraron hacia América, como cifra estimativa. La tendencia de la diáspora española a unirse durante los
siglos XVIII, XIX y XX constituye una de las notas distintivas de la historia de la emigración hacia
Iberoamérica y es el tema central de este trabajo en tres partes.
Ya desde las décadas de 1850-1860, en Cuba y Argentina surgen instituciones cuyo fin fundamental es
socorrer al paisano o compatriota que enfrentaba dificultades. Estas primeras muestras de solidaridad se
observan en las llamadas casas de socorro o de beneficencia, que significativamente ocurren antes de las
grandes oleadas de inmigrantes hacia estos dos países.-
Antecedentes
Revisando la Historia de España encontramos la génesis de estas emigraciones masivas apuntadas. En la
segunda mitad del siglo XIX la población española crece vertiginosamente y, entre otras razones, se
produce un éxodo masivo hacia las ciudades, tales como Barcelona, Bilbao y especialmente Madrid. La
creciente prosperidad en las colonias o ex colonias americanas sirvió como válvula de escape al desempleo
y la falta de oportunidades de la España decimonónica. Además, fue uno de los medios de evasión para los
pobres que no podían pagar la Redención del Servicio Militar (1.200 pesetas) y emigrando podrían evitar
ser llamados a filas, con las consecuentes penurias y riesgos subyacentes en las abundantes guerras de
aquellos tiempos. Esta avalancha migratoria, en especial proveniente de regiones periféricas como
Canarias, Galicia, Asturias, el País Vasco y Barcelona significaba también un alivio al desempleo reinante en
España y una oportunidad luminosa para los jóvenes emprendedores ansiosos de ¨hacer las Américas¨,
como se le llamaba en la época el cruce del Atlántico para irse al Nuevo Mundo.-
Partida hacia América Centro Asturiano de Montevideo Centro Gallego de La Habana
Muchos de los descendientes de españoles de seguro recordarán historias contadas por nuestros abuelos
sobre su salida de España. Por ejemplo, mi abuelo Domingo relataba su partida desde el puerto de Santa
Cruz de La Palma, escondido en un barril de papas o patatas, para no pagar el pasaje con destino a La
Habana, a donde dos años antes había viajado su futura esposa junto a tres de sus hermanos; todos con un
único objetivo: intentar mejorar sus vidas. He aquí un ejemplo ilustrativo del ¨efecto llamada¨, término
acuñado últimamente para describir la importancia de las relaciones interpersonales, que en su momento
y a través de medios precarios a tono con la época, hizo llegar hasta mi abuelo informaciones de primera
mano sobre la Isla y sus bondades, en especial las oportunidades ofrecidas por el cultivo del tabaco en
Vuelta Abajo y en Vuelta Arriba. Tales circunstancias impulsaron al enamorado tinerfeño a buscar un
salario más digno para acumular algo de dinero y luego unirse a mi abuela Andrea, arrendar un pedazo de
tierra donde definitivamente fundar una familia. Es decir, la aventura de abuela y sus hermanos varones
(de cierto nivel cultural para la época) sirvió de apoyo a mi abuelo y su primo Ángel para intentar encontrar
la felicidad y la prosperidad en la Isla Caribeña. Las posibles similitudes con la actualidad no son casuales,
más bien confirman la regla: los ciclos se repiten.
Pero la causa común del abandono de la tierra original y su consecuente desarraigo se resolvió con
modelos asociativos de beneficencia y socorros mutuos, como veremos seguidamente. Como dice M.
Llordén, 1996…se trata de un modelo asociativo en donde se juntan la caridad cristiana con motivaciones de
carácter filantrópico-humanitarias, que servían para resolver las propias necesidades asistenciales de los promotores
y además presentaba el importante aliciente de poder exteriorizar socialmente su práctica colectiva.-
En el Boletín del Centro Gallego de Buenos Aires, se consigna: ¨…la manera para combatir el mal, que
generalmente es la falta de previsión, consiste en unirse colectivamente, ya sea, por gremios, en el terreno o por
nacionalidades o por razas en el extranjero¨ para decir a continuación: ¨La mutualidad es natural consecuencia de
la solidaridad colectiva claramente consciente de sus fines de utilidad y de sus fines morales¨. Es decir, la lejanía del
terruño provoca grandes trastornos emocionales e incrementa la necesidad de asociarse con los de su
mismo estado.
El objeto social de la Sociedad benéfica Naturales de Ortigueira, en La Habana: "Tendrá por principal objeto
el prestar auxilio a los asociados necesitados de amparo en las condiciones prescritas en su Reglamento, cuando por
enfermedad, carencia de trabajo o imposibilidad física para el mismo se vean precisados a recurrir a ella, así como en
aquellos casos de enfermedad o indigencia que les sea indispensable trasladarse a España para su curación o
mejoramiento¨. En los momentos de desolación y desgracia los hombres se unen para hacer frente a las
adversidades.-
Y el objeto social del Centro Asturiano de Montevideo, fundado en 1910, Asociación de socorro mutuo,
cultura y recreo dice como sigue: ¨Fundar una bolsa de trabajo, con el objeto de facilitar el empleo o colocación a
todos aquellos socios que se hallen sin ocupación. Crear una caja de socorros denominada "Caja de Protección y
Repatrío" con el objeto de prestar ayuda mutua a los socios que por enfermedad o accidentes imprevistos se
hallen sin ocupación¨. Pero también son propósitos declarados trabajar por la cultura y por la formación de
los socios, creando una biblioteca, dotar de instrucción y recreo. La preocupación por la cuestión cultural
se ve plasmada en las intenciones de las instituciones en general, y de esta en particular, de organizar o
promover festivales artísticos, literarios, etc. para mantener la comunicación entre los emigrantes y sus
familias, así como favorecer la unión y la solidaridad con España.-Como diría acertadamente Gonzalo
Allegue en su libro: Galegos, as mans de América; Contra el desarraigo: Cultura y mutualismo.-
En general, las dificultades principales estaban relacionadas con la salud, especialmente por la precaria
situación sanitaria en los nuevos territorios y la existencia de enfermedades desconocidas o exóticas. Es por
esta circunstancia de apremiante urgencia que las primeras asociaciones de emigrantes estén relacionadas
con la atención sanitaria. Otro elemento de importancia es la existencia de integrantes del colectivo
emigrante con una situación económica desahogada (ejemplo paradigmático es el caso de los hermanos
García Naveira, ver documento adjunto) como justificante moral para el aporte filantrópico y la solidaridad
expresadas a través de las asociaciones o mutuales encontrada en Iberoamérica, en especial en los siglos
XIX y XX.-
Para tener una idea aproximada del número de asociaciones creadas en los principales países de la
emigración, apuntemos aquí que, según diversas investigaciones históricas, en la primera mitad del siglo
pasado existían en América alrededor de mil asociaciones de emigrantes, con especial destaque para la
República de Argentina y la isla de Cuba. A continuación un cuadro ilustrativo.-
Cuantificación regional de las sociedades españolas de inmigrantes:
Sociedades de inmigrantes españoles de Ultramar en 1929
Fuente: Llordén Miñambres, Moisés: Las asociaciones españolas de emigrantes, en Cruz Morales Saro, María y Llordén Miñambres, Moisés: Arte, cultura y
sociedad en la emigración española a América. Gijón: Universidad de Oviedo, 1992
Estas agrupaciones tuvieron como primera finalidad, tal como hemos apuntado más arriba, la atención
sanitaria de sus asociados, pero también y seguidamente ocuparse de encontrar empleo para ellos, pues en el
ideal del emigrante está la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida para él y los suyos. Como hemos
apuntado, las grandes oleadas migratorias hacia las colonias americanas se caracterizaron por la
preponderancia de hombres provenientes de las regiones periféricas españolas, Galicia y Canarias
principalmente, personas iletradas o de muy bajo nivel profesional, insertadas luego en sociedades como las
argentinas, uruguayas, brasileñas y cubanas, si bien en algunas, como estas dos últimas, de economías de
ámbito rural, los nichos laborales fueron urbanos mayoritariamente. También fue común acoger al paisano
hasta tanto pudiera independizarse o poner su propio negocio: un ejemplo lo constituye el conocido ¨Sobrín¨,
para referirse al sobrino llegado de Galicia. Los emigrantes españoles generalmente crearon negocios o se
dedicaron a algún tipo de actividad mercantil de pequeña escala o ambulantes, pero que tuvieron mucho
peso en las ocupaciones más observadas.-
En resumen, observamos un propósito bien definido en la creación de asociaciones de españoles emigrados
hacia el nuevo mundo, entre los cuales ya hemos visto la protección de los emigrantes ante las
enfermedades, la falta de empleo y otras calamidades. Pero en la medida en que estas necesidades
perentorias fueron cubiertas, aparecen otras del ámbito subjetivo y de no menor importancia: la cultura y la
recreación. Pero estas facetas serán vistas en el próximo artículo.-
Lic. Pedro J. Luis Sañudo
Miembro de la JD de la Organización Internacional de Descendientes de Españoles, O. I. D. E.
MAYO 2009.