Una ancianita en el médico:
- Doctor, tengo un problema de gases, pero no me molesta mucho. Mis
peditos nunca huelen y siempre son muy calladitos. Ya me he tirado 20
en su oficina desde que entré y usted no se ha dado cuenta porque no
huelen ni suenan.
El doctor le contesta:
- Tómese éstas pastillas y no vemos la próxima semana.
A la semana siguiente la viejita regresa y le dice:
- Doctor, no sé qué diablos me dio usted! Mis pedos continúan siendo
silenciosos pero ahora huelen asquerosamente.
El doctor dice:
- ¡Qué bien! Ya le curamos la sinusitis, ahora concentremos en la
infección de sus oídos!.
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