Los políticos suelen esforzarse como sea para permanecer...

Los políticos suelen esforzarse como sea para permanecer en política hasta alcanzar el tiempo necesario para quedarse el resto de sus vidas con un sueldo vitalicio inalcanzable para la mayoría de los españoles.

La política ya no es eso del “Polis” que reside el poder en el pueblo. La política es la “poli-lla” que desgasta a las naciones.
El tiempo de vida de los ex políticos suele ser bastante, y en este “bastante” está la demolición económica. La culpa es que ya se las han amañado para que el sueldo vitalicio sea lo mejorcito. Y en ese “mejorcito” está la polilla que roe la economía de una patria.

Esto habría que arreglarlo de raíz. Es decir: La política, vista como una trabajo, debe ser remunerado con un sueldo igual a cualquier trabajador. Ni un sueldo mínimo ni un sueldo máximo. Porque ellos no han hecho nada de bueno, si no es llenar sus bolsillos sea como sea.
¿Alguien se cree que van a los parlamentos y a los hemiciclos, o a visitar otros ministros de otras naciones por que sí? Pues nada de eso. Van por el sueldazo que les proporciona cualquier viaje.

Si se arreglase esto de los sueldos, tal como digo, entonces bien pocos querrán ser políticos.

El mal actual de la política es que no entra ahí el que vale, sino el que tiene padrinos.
Luego el pueblo aplaude unas palabras bien estudiadas. Palabras que ni ellos creen, por eso las olvidan tan pronto alcanzan el poder.

¿Que sucede entonces? Sucede que cualquiera que haya pasado por la política no es la solución derribarlo y plantar otro árbol en su lugar, porque el árbol tronchado sigue libando la sabia de la economía del país, y a esto han que agregarle la que absorbe el nuevo arbolito.

Entonces lo mejor sería para todos una jubilación como los demás españoles, o un paro como los demás españoles, de modo que pudiésemos decir “Bendita sea la igualdad, que lo mismo troncha los troncos añosos que quiebra los tallos gentiles y nuevos.

¿No os parece que sería lo mejor?
Por lo demás la política, tal como están hoy las cosas es algo corrompido en buena parte, algo que defienda la injusticia y asesina a la justicia. Sino veamos:
“Que os parece de la ley del menor” Es decir, que un menor que le falten dos horas para ser mayor de edad y asesina a una persona se le aplica la ley del menor, y todos contentos.” Eso es una tremenda injusticia. A las personas no hay que juzgarlas por su edad, sino por su capacidad intelectual. Yo veo que quien ha hecho un acto delictivo, y no hay una causa tan fuerte como su delito, debe ser condenada según su responsabilidad. ¿O es que la responsabilidad es cuestión de media hora?

Los que están de jueces, o en la justicia no se preocupan de nada, porque el juez come y vive de las injusticias. Si no las hubiera no tendría trabajo. Si no tuviese trabajo se moriría de hambre.

Por eso lo primero es reformar la ley del menor. Lo segundo es castigar a los jueces, y abogados que consienten y aconsejan a sus defendidos criminales para que mientan. Y esos mismos abogados instruyen e inducen a las mentiras.
¿Os recordáis de Marta del Castillo?-
Pues os aseguro que si yo fuese quien tuviese la justicia por mis manos sabría en menos de un día donde estaba el cuerpo de Marta del castillo.
Colgaría de una elevada grúa al asesino. Allí estaría, sin abogados que lo aconsejaran, a pan y agua, solo lo suficiente para no morir. Allí dormiría sentado y casi inmóvil hasta que cantase.
Si no sabía cantar le regalaría un acordeón. Así el “acordeón” le haría acordarse.
Y luego que cantase habría que comprobarlo.
Después de comprobado y aparecido su cuerpo volvería a la cárcel a trabajos forzados durante el tiempo estipulado.

O sea que hoy las naciones carecen de líderes que se preocupen por el bien de los honrados y sinceros hombres y aplauden en engaño y el embuste.
Yo soy apolítico, y a todos los meto en el mismo saco, hasta que me demuestren lo contrario.