Cierto carmen:! (hermoso poema, del que diría mi abuela:...

Ya ha pasado mucho tiempo desde el incendio que asoló mi tierra. Después se sucedieron muchos por toda España. Cataluña, Andalucía,, Castilla y león, Galicia... en mas sitios que no recuerdo bien ahora.
Pero para mi fue horrible, ver cómo se quemaba todo, y yo no poder hacer nada. Una impotencia...
Cuando ya se quemó todo escribí este poema y no me devolvió mis montes pero descargué mi pena en estos papeles. Menos mal que ante las penas y las alegrías nos queden las palabras porque si no se enfermaría.
Muchos es seguro que enfermaron y no se han podido recuperar, porque perder hijos e hijas pienso que es como si te los arrancasen del corazón. Muy duro y penoso para afrontarlo.

RÉQUIEM POR EL ALTO TAJO

No puedo eludir
Ya por más tiempo
Esta avalancha de palabras,
Todo un torrente
De agua embravecida,
Empantanada en mi mente,
De puro veneno que amenaza
Con explotarme dentro.

Ante la muerte y destrucción
Nunca existió una barrera.
Solo un puñado de héroes,
Luchando ante mares y olas furiosas,
Lenguas de fuego y de locura.
Fueron hijos de la Bella Tierra de Nadie,
Perdida en las montañas de la Alcarria
Allá donde habita el Cristo del Amparo
Y la Virgen, labradora, del Buen Labrado.

Resuenan en mi mente
Las presentes campanadas fúnebres
De todos los pueblos del Alto Tajo.
Al unísono, de luto por sus hombres y mujeres,
Caídos en la defensa de sus bosques.
Engullidos por unas avalanchas
De vengativo fuego, pleno de exterminio
De un variado y rico ecosistema.
Desolado queda y tristes
Los parajes, sin una queja.
Pero este crimen jamás quedará impune
Mientras sus hijos poseamos
El don de la Palabra.

Una palabra dura, en esta tierra,
Sembrada entre las aliagas,
Las matas, las zarzas y las piedras.
Una palabra que Castilla parió
En largo y doloroso alumbramiento,
De esfuerzo, de hambre, de ignorancia,
De trabajos sobrehumanos,
Para llenar de tierra los peñascos.

Hoy son pueblos de luto,
Pueblos sanadores de mi primera infancia;
De alegría y de bullicio, en años jóvenes
Y son pueblos de riguroso negro
Impuesto en la cresta de sus montes.
Con un menguado y reducido Tajo,
Sin apenas agua en sus entrañas.
Pues siendo escasa, la donaron generosamente
En pos de la sed de España.
¿Somos todavía España
para dar la sangre de la cuenca
y no recibir sino mortaja?

Prefiero haber caído mil veces,
Haber perdido, y llorar todas mis lágrimas
Hasta quedarme seca como el río;
Reducida a escombros y cenizas
Que coronarme con la cruel moneda
Del traidor que ha reducido
A desolación y muerte, su tierra.

Carmen García

Cierto carmen:! (hermoso poema, del que diría mi abuela: "Pa'a derramar chorros de llanto") Cierto que loa que atrás se deja... las panas y alegrías han acompañado, años y años por muchos y diferentes senderos.
Aquellos: de Sol a Sol y como fondo el Guadarrama en esa ancha castilla; "suaando el color de sus caminos:! Tanto SDol para unas espaldas tan pequeñas! Severidad de la hoz en un sueldo de miserias. Y la azada: y la azada de la mida, tan grande y tan pesada. Y erl rezo del río saltaldo entre las piedras. Y el de los viejos sentados a la sombra de las acacias. en la plaza, ocupada por extraños. Piedad para ellos.! Y para las mozas en el trajín del acarreo. Y para los niños haciéndose hombres en el tajo ¿Y las madres?! Ah las madres, cubriendo ausencias, a veces de su vientre hermosamente hinchado!
Piedad, de Sol a Sol hacia el pan "gueno, pande" las miradas buscan la espiga.
! Y que sentir mas bueno cuan do habla la tierra!

CASTILLA.

Castilla que me paraste
el girar de tus molinos
cuando cuchillos cortantes
hirieron mis sueños niños.

Castilla que me asomaste
a tus cielos amarillos
cuando todo eran cantares
y que los tornaste fríos

Castilla que derramaste
lágrimas por mil caminos...
! Como amé tus robledales
y murmullo de los pinos.

Castilla que me rezaste
y que nunca fuera olvido
tu olor a espliego, y olivares
y tus llanuras de trigos

Y coplas de segadores
rudos, morenos altivos
bajo soles implacables
en largos días de estío.

Castilla poblada de hombres
muerenos, nunca vencidos:
¿Porque vestiste una tarde
de luto los campos míos?

Castilla quew me lloraste
de llanuras, montes, ríos...
aun quedan lágrimas calientes
que están llorando conmigo.
libertad.