VIDAS EJEMPLARES....

VIDAS EJEMPLARES.

¡Vaya repaso!

La primera mujer general le ha explicado a Carmen Calvo algunas obviedades.

Luis Ventoso.

Actualizado:

17/07/2019 08:24h.

Como es sabido, el domingo Carmen Calvo se vino arriba y decretó el monopolio del socialismo sobre la lucha histórica por los derechos de las mujeres. Un ejemplo más de los resabios sectarios de la actual vicepresidenta, que además cometió la torpeza de adobar su comentario con una coletilla entre choni y machista: «El feminismo no es de todas, no bonita, es de genealogía progresista y socialista».

El mundo se divide en dos tipos de personas: los que cuando resbalan en un charco se cuidan de no volver a pisarlo y los que tras pegarse el costalazo vuelven a meter la zueca en idéntico lugar, pues consideran que levitan sobre las aguas. Parece que Calvo forma parte del segundo grupo, pues ayer reincidía con gran suficiencia en sus tesis, que también incluyen una ardorosa defensa de las cuotas para las mujeres o el interesante descubrimiento de que la prostitución es fruto del «capitalismo liberal» (el código Hammurabi, de 1750 a. C., ya regulaba el negocio carnal en la antigua Mesopotamia, y todavía faltaban más de tres mil años para el nacimiento de Adam Smith, pero estos detallitos a Carmen le dan un poco igual...).

Inesperadamente, alguien ha venido a aportar un poco de cordura a este debate, otra mujer, Patricia Ortega, la primera general española. Si el Gobierno quería convertir a Ortega en un mascarón del feminismo sanchista, les ha salido rana, porque ayer, sin levantar una ceja, le propinó un repaso de sentido común a Calvo. La general Ortega, casada y madre de dos hijos, tiene 56 años, es madrileña y en 1988 se licenció en Ingeniería Agrónoma. Nieta, hija y hermana de militares, le atraía el mundo castrense, por lo que en el mismo año en que acabó la carrera ingresó en la Academia de Zaragoza, que abría por vez primera sus puertas a las mujeres. Lleva treinta años en el Ejército, donde su trabajo y buena cabeza la han convertido en directora del Laboratorio de Ingenieros del Ejército en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial. La general, haciendo gala de una independencia intelectual que la adorna, ha hecho algunas observaciones razonables. Mientras Calvo sostiene que el feminismo «no es de todas», sino propiedad privada de la izquierda socialista, Ortega, que acaba de hacer historia para las mujeres en España, lo niega de plano: «El feminismo es de todos, entendido como una parte de los derechos humanos de las personas». Además, en misilazo directo a la línea de flotación del progresismo obligatorio, la militar advierte que «no hay que mezclar la igualdad con las ideologías». Por último, esta mujer que ha alcanzado lo máximo en un mundo que parecía reservado a los hombres, rechaza de plano la muleta de las cuotas: «El ascenso debe estar basado en el mérito y no en el género. Los cupos no son buenos, se pueden volver en contra».

Hacía tiempo que no veíamos una lección tan diáfana. Conociendo el paño, no tardarán en abrasarla en las sartenes televisivas al rojo vivo por soltar tres verdades políticamente incorrectas.

Luis Ventoso.

Director Adjunto.