Los mineros piden unidad para “ganar esta guerra”

La ‘marea negra’ de Gordón llega a León para pedir la implicación del PP

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Jorge Callado / León
“Quieren agotarnos por agotamiento pero no lo van a conseguir. No saben que somos mineros y vamos a luchar hasta e final. Este conflicto no lo hemos generado nosotros”. Ese fue el mensaje que ponía el punto final a una jornada donde los mineros de la provincia se dejaron oír con su particulares marchas negras a los dos puntos donde se encontraban los mineros encerrados.
La marcha que salía de La Robla era, junto con la de Villablino, la etapa más larga. A las diez de la mañana, cerca de un millar de mineros junto con sus familiares comenzaba en largo camino con dirección a la Diputación Provincial. Sus otros compañeros hacían lo mismo, pero madrugando un poco más a las ocho de la mañana partían de Villablino, en dirección al pozo Santa Cruz, donde también desembocaron las marchas iniciadas en Fabero y Toreno, donde desde hace 25 días permanecen encerrados siete mineros.
Camino de la capital leonesa, el pelotón hizo lo más amena la marcha. El apoyo de todos los vehículos que circulaban en ambas direcciones con sus bocinas y sus gritos de ánimo eran el mejor tentempié para seguir adelante.
Los mineros querían dejarse oír de forma pacífica. Se sienten marginados, pero no van a cesar en la lucha. La organización estaba perfectamente coordinada. “Desde la megafonía se coordinaban a los mineros. “Vamos a ir en fila de a tres y todos los mineros que lleven su casco que vayan en cabeza”. Sin problema. Así, la serpiente minera se comía kilómetros con dirección a León.
‘SOS. Mineros en peligro de extinción’. Era el lema de esta marcha. Los representantes de los sindicatos se movían entre los mineros. A parte de la Eurocopa y del partido de anoche de España, todas las conversaciones se centraban en el conflicto minero. Marco Martínez caminaba a buen ritmo y explicaba todas las dudas que surgían por parte de sus compañeros. “Solución tiene que haber. Estoy convencido. Todo pasa por el diálogo. No os preocupéis porque de esta salimos”, apuntaba el presidente del comité de empresa de la Vasco.
La primera parada llegaba a la altura de la Venta de la Tuerta. Unos 20 minutos, descanso, mucho líquido y a seguir. La marea negra iba a buen ritmo. Tenían ganas de llegar a la Diputación. Los tiempos marcados se cumplían y pasadas las tres de la tarde llegaba la segunda y última parada antes de la conquista de la capital leonesa.
“Tened fuerza”, “Vamos, mineros, a por todas”, “no os pueden gana”, eran alguno de los mensajes de los conductores cuando se cruzaban con la marcha negra poco antes de que la capital se avistara ya a lo lejos. “Que se rompe el pelotón. Que no nos podemos amontonar. Vamos a ponernos en fila de a tres, que la fila sea lo más larga posible” explicaban desde el pelotón de cabeza.
En las calles de León, la gente se unió a la marea negra. Los aplausos llegaban desde las aceras por parte de los ciudadanos. El objetivo, una vez más se había logrado. La ciudadanía se había solidarizado y la Diputación volvía a ser conquistada por enésima vez.

“No soy político”
Y los mineros de la Diputación volvieron a sentirse emocionados dos días después. La megafonía subió enteros y el mensaje ayer fue mucho más claro. “Nosotros no estamos acostumbrados a hablar en público. Yo soy trabajador y no político, por eso se me agotan los discursos”, explicaba uno de los encerrados. “Solo esperamos que la única neurona que tienen en el ministerio de Industria empiece a funcionar. Los mineros, el carbón y la gente de las cuencas mineras son necesaria para este país. A ver cuando se dan cuenta”.
Los trabajadores encerrados han agradecido desde una ventana a los compañeros que se hayan desplazado hasta este lugar y han pedido a los ciudadanos y, sobre todo, a los partidos políticos que se impliquen, porque “no valen solo buenas palabras”.