OPINIÓN.

EDITORIALES/TRIBUNAS.

Listas manchadas de sangre que salpican de lleno a Pedro Sánchez.

OKDIARIO.

ACTUALIZADO: 12/05/2023 08:42.

La ignominia que supone que 44 etarras vayan en las listas de EH Bildu en las próximas elecciones municipales del 28 de mayo, siete de ellos con asesinatos a sus espaldas, responde al plan de los herederos políticos de ETA de atraer a «un mínimo núcleo militante», con «pasión por la lucha» y que «tengan claro que nuestro pueblo sigue siendo un pueblo oprimido» y que esa «lucha y el proceso de liberación continúa». Unas líneas marcadas que un año más tarde han culminado con ese fichaje de casi medio centenar de miembros de ETA. En conclusión: hacen lo que dijeron que harían. Y Sánchez, conociendo su plan, se ha apoyado en ellos hasta el punto de convertirles en aliados preferentes.

Su proyecto viene claramente marcado en la ponencia de 64 páginas presentada por Sortu, el ala más dura de Bildu, y en la que se apostaba decididamente por «empoderar a los integrantes del bloque histórico» para que «la organización represente la tradición histórica y los objetivos estratégicos del movimiento de liberación nacional vasco, porque tiene una visión completa del proceso de liberación». Además -según Sortu- hay que insistir en el desarrollo «de una trayectoria de radicalidad que ha avanzado por encima de represiones y ataques». O sea, toda una apuesta por la línea dura, representada simbólicamente en un árbol: EH Bildu será las ramas largas y anchas que alcancen a toda la sociedad vasca para crecer en votos, pero Sortu sería las «raíces fuertes y profundas» gracias a personas que hayan demostrado su «pasión por la lucha».

De modo que los socios de Sánchez se han limitado a cumplir con sus objetivos. Resulta ciertamente atroz que en una democracia una formación política concurra a las urnas con terroristas con las manos manchadas de sangre, pero no nos engañemos: por muy repulsivo que resulte, lo que ha representado un odioso y repugnante punto de inflexión es que el socialismo haya decidido unir su destino político a los etarras de Bildu. Estos no engañan; Pedro Sánchez, sí.