Paco sigue lloviendo, todos los temes de los progresistas - tos terminan en lo mismo en el sexo
quiza es que es cierto que a ellos los traia la zigueña de paris y no lo conocen y lo echan de menos
en fin dejemos la cosa en paz nos la van a dar todas en el mismo sitio.
Luego vendran las lamentaciones, los arrepentimientos, en que mala hora, pero como decía la abuela
ENTRE TODOS LO MATARON Y ELLA-O SOLA SE MURIO, cuatro años no nos los quita nadie, despues DIOS DIRA
hasta luego
manuel
quiza es que es cierto que a ellos los traia la zigueña de paris y no lo conocen y lo echan de menos
en fin dejemos la cosa en paz nos la van a dar todas en el mismo sitio.
Luego vendran las lamentaciones, los arrepentimientos, en que mala hora, pero como decía la abuela
ENTRE TODOS LO MATARON Y ELLA-O SOLA SE MURIO, cuatro años no nos los quita nadie, despues DIOS DIRA
hasta luego
manuel
En el cuerpo humano el que dirige todo es el cerebro, pero el que manda es el ojo del culo, porque alguien se tiene que encargar de la mierda, si este agujero se cierra el cerebro no puede pensar y nada funciona. Sin duda a los promotores de este programa se les ha cerrado el ojo delculo.
Particularmente no tengo ni idea de la cuestión, soy tan antiguo como vosotros. No es nuestra generación precisamente la más indicada para hablar de temas sesuales dado la educación que imprimio el difunto. Posiblemente los jóvenes de hoy no vean lo que vosotros veis en semejante programa. Recordad que nuestra juventud pretendía hacer más o menos lo que ahora hacen, pero se levantó una barrera de por medio, en la que el infierno no era ajeno. esta joven del programa pretende que los jóvenes se toquen, y conozcan sus partes mas ocultas, y en nuestra época eso era un pecado muy gordo que conducía al infierno y como mal menor al purgatorio.
Si un niño se tocaba sus partes porque le picaba, no faltaba quien le dijera, ¡niño ahí no se toca! y si ese era el párroco o el maestro el bofetón estaba presto.
Recuerdo muchas cosa de aquella época y me avergüenzo de ello. Las películas de Alfredo Landa reflejan la chabacanería lamentable de una época oscura, en la que se acuñó con mucho acierto "España es diferente". Las turistas extranjeras quedaban admiradas del particular trato que el hombre español las obsequiaba, ya que en sus países las veían como una persona más. Recuerdo mi época militar. Burgos era un hervidero de ellos. Cuando salíamos de los cuarteles a pasear, el espolón y los alrededores de la Catedral eran suyos. Muchos se agachaban en las escaleras para ver las bragas a las despreocupadas turistas, que si se daban cuenta se sentían halagadas, en sus países no se fijaban en ellas. Todo era fruto de la educación que recibimos. Lamentable.
Los curas y monjas teóricamente célibes, eran los encargados de impartir charlas sesuales que iban a parar al mismo sitio, el terrible pecado que el sexo escondía.
Recuerdo con especial humor, las homilías de un venerable párroco de un determinado pueblo de mas de dos mil habitantes. Daba igual que tocara el evangelio de San Juan como el de San Pedro. era el cura mayor. Se subía al púlpito, se agarraba a la barandilla, y a lo suyo, a divagar sobre la desvergüenza de las chicas y mujeres que entraban a la iglesia con los brazos sin cubrir. Sus largos años en el pueblo posibilitaba conocer a todas las jóvenes, yo tenía unos trece años. Desde el púlpito las arengaba dirigiendo su apostólico dedo hacia el lugar donde estaban ubicadas las aún jóvenes niñas. ¡Tu desvergonzada, que te sientas si recato incitando a los hombres a pecar! Era una de tantas lindezas con las que obsequiaba esté reprimido y xesual mente enfermizo párroco a niñas de trece o quince años. Llegado el verano arrancaba con su tema favorito. Las piscinas donde al parecer habia promiscuidad y pecado. Por él me entere yo que existían. Ni en ese pueblo, ni a cien Km a la redonda había ningún sitio de pecado donde el demonio se manifestase en forma de agua.
Supongo que entre aquella pretendida educación sexual, y la que pretende impartir ese programa habrá otras intermedias expresadas con más gusto.
En cualquier caso a esta mujer se la escapan ciertos detalles que no son menores. A saber, hay mucho obeso que precisaría un espejo biconveso. y uno de aumento para que el que los tenga pequeños no coja complejo.
Particularmente no tengo ni idea de la cuestión, soy tan antiguo como vosotros. No es nuestra generación precisamente la más indicada para hablar de temas sesuales dado la educación que imprimio el difunto. Posiblemente los jóvenes de hoy no vean lo que vosotros veis en semejante programa. Recordad que nuestra juventud pretendía hacer más o menos lo que ahora hacen, pero se levantó una barrera de por medio, en la que el infierno no era ajeno. esta joven del programa pretende que los jóvenes se toquen, y conozcan sus partes mas ocultas, y en nuestra época eso era un pecado muy gordo que conducía al infierno y como mal menor al purgatorio.
Si un niño se tocaba sus partes porque le picaba, no faltaba quien le dijera, ¡niño ahí no se toca! y si ese era el párroco o el maestro el bofetón estaba presto.
Recuerdo muchas cosa de aquella época y me avergüenzo de ello. Las películas de Alfredo Landa reflejan la chabacanería lamentable de una época oscura, en la que se acuñó con mucho acierto "España es diferente". Las turistas extranjeras quedaban admiradas del particular trato que el hombre español las obsequiaba, ya que en sus países las veían como una persona más. Recuerdo mi época militar. Burgos era un hervidero de ellos. Cuando salíamos de los cuarteles a pasear, el espolón y los alrededores de la Catedral eran suyos. Muchos se agachaban en las escaleras para ver las bragas a las despreocupadas turistas, que si se daban cuenta se sentían halagadas, en sus países no se fijaban en ellas. Todo era fruto de la educación que recibimos. Lamentable.
Los curas y monjas teóricamente célibes, eran los encargados de impartir charlas sesuales que iban a parar al mismo sitio, el terrible pecado que el sexo escondía.
Recuerdo con especial humor, las homilías de un venerable párroco de un determinado pueblo de mas de dos mil habitantes. Daba igual que tocara el evangelio de San Juan como el de San Pedro. era el cura mayor. Se subía al púlpito, se agarraba a la barandilla, y a lo suyo, a divagar sobre la desvergüenza de las chicas y mujeres que entraban a la iglesia con los brazos sin cubrir. Sus largos años en el pueblo posibilitaba conocer a todas las jóvenes, yo tenía unos trece años. Desde el púlpito las arengaba dirigiendo su apostólico dedo hacia el lugar donde estaban ubicadas las aún jóvenes niñas. ¡Tu desvergonzada, que te sientas si recato incitando a los hombres a pecar! Era una de tantas lindezas con las que obsequiaba esté reprimido y xesual mente enfermizo párroco a niñas de trece o quince años. Llegado el verano arrancaba con su tema favorito. Las piscinas donde al parecer habia promiscuidad y pecado. Por él me entere yo que existían. Ni en ese pueblo, ni a cien Km a la redonda había ningún sitio de pecado donde el demonio se manifestase en forma de agua.
Supongo que entre aquella pretendida educación sexual, y la que pretende impartir ese programa habrá otras intermedias expresadas con más gusto.
En cualquier caso a esta mujer se la escapan ciertos detalles que no son menores. A saber, hay mucho obeso que precisaría un espejo biconveso. y uno de aumento para que el que los tenga pequeños no coja complejo.