28 de junio de 2023 11:37h
Actualizado el 28/06/2023 11:39h
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El escenario menos deseado para la derecha en plena precampaña de las generales acaba de materializarse en Extremadura. El socialista Guillermo Fernández Vara ha sido propuesto por la presidenta de la Asamblea regional, la también socialista Blanca Martín, para presentarse a una sesión de investidura el 20 de julio como muy tarde, es decir, en vísperas de las elecciones generales.
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El anuncio llega al día siguiente de que la candidata del PP, María Guardiola, hubiera pedido a Martín más tiempo para cerrar un pacto con la extrema derecha de Vox, partido al que había vetado el pasado día 20. “Iremos a elecciones si hay que ir”, dijo entonces la líder del PP, para desdecirse siete días después: “Vox es un partido constitucional con el que me quiero poner de acuerdo”.
Tras esa fractura, Fernández Vara había anunciado al día siguiente, 21 de junio, su intención de postularse para la investidura justificándolo en la urgencia de formar gobierno y acusando a PP y Vox de usar la región como un “laboratorio nacional”.
La falta de gobierno, explicó Vara, supone que Extremadura corra el riesgo de perder 413 millones de euros correspondientes a fondos Feder del Programa Operativo 2014-2020, todos ellos pendientes de certificar. Una repetición electoral elevaría las cifras de fondos en el alero hasta los 1.600 millones de euros.
Descoordinación de PP y Vox
Así, con la propuesta de Vara para la investidura, los socialistas logran poner en evidencia la descoordinación de PP y Vox en una región donde juntos suman más escaños que PSOE y Podemos y donde durante cuatro semanas no han sido capaces de ponerse de acuerdo para resolver sus diferencias.
Los bandazos de PP y Vox en Extremadura están marcando en buena medida la precampaña de las generales; algo que juega en contra los intereses de la derecha, que se esfuerza por devolver al ciclo de noticias el mantra de “derogar el sanchismo”.
En la Asamblea extremeña PSOE y PP están empatados con 28 escaños, mientras que Vox tiene cinco y Unidas por Extremadura cuatro diputados, por lo que la mayoría necesaria es de 33, que solo alcanza el bloque de derechas. Previsiblemente, pues, Vara no saldrá elegido por mayoría absoluta, por lo que una segunda votación será inevitable. Si se apuran los plazos, la primera votación sería el día 20 y la segunda el 22 de julio, la víspera de las generales.
Ante una previsible investidura fallida también en segunda votación (haría falta la abstención de PP o de Vox para investir a Vara por mayoría simple), se abriría un plazo de dos meses en los que los partidos pueden buscar un nuevo candidato. Sería en ese plazo, una vez superado el 23J, cuando PP y Vox negociarían su aspirante a presidir la Junta. Si superados esos dos meses no hubiera acuerdo, Extremadura se vería abocada a nuevas elecciones autonómicas.
Actualizado el 28/06/2023 11:39h
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El escenario menos deseado para la derecha en plena precampaña de las generales acaba de materializarse en Extremadura. El socialista Guillermo Fernández Vara ha sido propuesto por la presidenta de la Asamblea regional, la también socialista Blanca Martín, para presentarse a una sesión de investidura el 20 de julio como muy tarde, es decir, en vísperas de las elecciones generales.
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El anuncio llega al día siguiente de que la candidata del PP, María Guardiola, hubiera pedido a Martín más tiempo para cerrar un pacto con la extrema derecha de Vox, partido al que había vetado el pasado día 20. “Iremos a elecciones si hay que ir”, dijo entonces la líder del PP, para desdecirse siete días después: “Vox es un partido constitucional con el que me quiero poner de acuerdo”.
Tras esa fractura, Fernández Vara había anunciado al día siguiente, 21 de junio, su intención de postularse para la investidura justificándolo en la urgencia de formar gobierno y acusando a PP y Vox de usar la región como un “laboratorio nacional”.
La falta de gobierno, explicó Vara, supone que Extremadura corra el riesgo de perder 413 millones de euros correspondientes a fondos Feder del Programa Operativo 2014-2020, todos ellos pendientes de certificar. Una repetición electoral elevaría las cifras de fondos en el alero hasta los 1.600 millones de euros.
Descoordinación de PP y Vox
Así, con la propuesta de Vara para la investidura, los socialistas logran poner en evidencia la descoordinación de PP y Vox en una región donde juntos suman más escaños que PSOE y Podemos y donde durante cuatro semanas no han sido capaces de ponerse de acuerdo para resolver sus diferencias.
Los bandazos de PP y Vox en Extremadura están marcando en buena medida la precampaña de las generales; algo que juega en contra los intereses de la derecha, que se esfuerza por devolver al ciclo de noticias el mantra de “derogar el sanchismo”.
En la Asamblea extremeña PSOE y PP están empatados con 28 escaños, mientras que Vox tiene cinco y Unidas por Extremadura cuatro diputados, por lo que la mayoría necesaria es de 33, que solo alcanza el bloque de derechas. Previsiblemente, pues, Vara no saldrá elegido por mayoría absoluta, por lo que una segunda votación será inevitable. Si se apuran los plazos, la primera votación sería el día 20 y la segunda el 22 de julio, la víspera de las generales.
Ante una previsible investidura fallida también en segunda votación (haría falta la abstención de PP o de Vox para investir a Vara por mayoría simple), se abriría un plazo de dos meses en los que los partidos pueden buscar un nuevo candidato. Sería en ese plazo, una vez superado el 23J, cuando PP y Vox negociarían su aspirante a presidir la Junta. Si superados esos dos meses no hubiera acuerdo, Extremadura se vería abocada a nuevas elecciones autonómicas.