Funeral, Tribuna libre

EDITORIAL ABC.

La realidad que el Gobierno no ve.

Es urgente una investigación sobre la gestión de la crisis del Covid-19 en España. Es el país que ha sufrido y sufre las mayores restricciones a las libertades, el mayor freno a la actividad económica y es el que peores resultados arroja.

ABC.

Actualizado: 12/09/2020 23:26h.

Pasan las semanas de esta segunda fase de la pandemia por Covid-19 y el Gobierno de Pedro Sánchez sigue instalado en la misma dinámica de propaganda que durante el confinamiento, pero con la soltura que le da no ser el «mando único» de la respuesta a la crisis sanitaria. Junto a las muestras de preocupación por la evolución de la pandemia, sobre todo en Madrid, centro de la obsesión política de PSOE y Unidas Podemos, el Gobierno lucha como puede contra las cifras que ponen a España en el pelotón de cola de los países desarrollados en la lucha contra el virus. El mensaje de que la letalidad actual es de las más bajas de Europa es una muestra de cómo el Gobierno hurga en las estadísticas para montar un eslogan que dé un respiro a su nefasta gestión. El Gobierno está tomando como referencia de la mortalidad actual el final del estado de alarma, lo que, ciertamente, le permite presentar un resultado aparentemente satisfactorio. Pero si se suman todos los fallecimientos producidos desde el inicio de la crisis, en marzo, España tiene un porcentaje de mortalidad por Covid-19 del 5,4 por ciento, superior al de Estados Unidos, que es el del 3 por ciento. Y la cifra total no es la oficial, que ronda los 29.000 muertos, sino la real en torno a 53.000, si se aplican los excesos de mortalidad de estos meses.

Con el número de infectados, con una media de 10.000 diarios, el Gobierno se refugia en el argumento de que se están realizando miles de análisis diarios, lo que hace aflorar muchos más casos. Y es cierto, pero la positividad, es decir, el porcentaje de casos positivos sobre el total de ciudadanos analizados, es del 11 por ciento, el peor dato de la Unión Europea, según la Universidad de Oxford. Tampoco consuela la comparación con el número de hospitalizaciones, que sigue creciendo de forma constante, aunque en la mayoría de los casos se trate de pacientes con síntomas no graves, lo que no frena el aumento de ingresos en cuidados intensivos. También en ambos campos España presenta los peores datos europeos.

Es urgente esa investigación independiente que reclamaron más de cien especialistas sobre la gestión de la crisis del Covid-19 en España. Es el país que ha sufrido y sufre las mayores restricciones a las libertades, el mayor freno a la actividad económica, la más grave repercusión desde marzo en el sistema educativo y es el que peores resultados arroja. Y nadie, siquiera por dignidad o respeto a las víctimas, ha sido capaz de presentar su dimisión. La crisis sanitaria está provocando, además, una crisis de ética política.