TOTALMENTE DE ACUERDO
Lo que menos me gusta de los partidos políticos españoles, es que piensen más en ellos, en sus intereses, en estar en el poder, que en los problemas de los ciudadanos. Tampoco descubrimos nada nuevo. Lo hemos visto de forma muy clara en el debate sobre el mal estado de la Nación, que no ha servido para nada, salvo para que los dos grandes partidos que intentan gobernarnos se hayan tirado una vez más los trastos a la cabeza. Tenemos a un presidente mentiroso que no cumple sus promesas electorales –“aunque sí con mi deber”–, y a un líder de la oposición que no puede acabar con él porque tiene mucho por qué callar. Y el resto de partidos, esperando a que acaben de despellejarse vivos para recoger las tiras de piel y cambiarlas por votos en las próximas elecciones, los justos para tener su parcelita de poder. Mientras tanto, los bancos y los empresarios siguen a lo suyo, los primeros desahuciando sin piedad y los segundos despidiendo a trabajadores a mansalva. La corrupción no es el primer problema de España, aun siéndolo, pero los grandes medios de comunicación hacen su agosto con ella y desatienden asuntos mucho más importantes para los ciudadanos, de los que se ocupan más los medios modestos. Los dos principales partidos saben mucho el uno del otro, lo suficiente como para aniquilarse, pero reservan esa información para cuando convenga utilizarla. “Si tú me atacas, yo te ataco”, es lo que suelen decirse entre ellos. O sea, que si uno aprieta con lo de Bárcenas, el otro amenaza con lo de reavivar la candela de los ERES. Y como todos los partidos están manchados de mierda, salvo los que apenas tienen poder, ninguno puede hundir al otro. Ni siquiera la izquierda republicana más poderosa puede pedir abiertamente que los españoles tengan la oportunidad de elegir mediante un referéndum si quieren o no Monarquía, que ya va siendo hora. Y no porque la Corona también esté bajo sospecha de corruptelas, que lo está, sino porque es una herencia franquista que millones de españoles no queremos. Todo esto pasaría a un segundo plano si hubiera trabajo para todos, pero hay casi seis millones de parados, siendo Andalucía la región española con más desempleo. Este es el gran problema de España y no si la ya célebre Corinna es una “entrañable” amiga del rey o algo más que eso. La corrupción está siempre ahí y aflora cuando interesa que aflore. A pesar de la que hay en Andalucía, los socialistas ganarían hoy las elecciones, según una reciente encuesta. Y dentro de la escasa valoración de los ciudadanos hacia los políticos andaluces, Griñán es el más valorado de todos
Seguimos con la reconquista desde el SUR le pese a quien le pese.
Lo que menos me gusta de los partidos políticos españoles, es que piensen más en ellos, en sus intereses, en estar en el poder, que en los problemas de los ciudadanos. Tampoco descubrimos nada nuevo. Lo hemos visto de forma muy clara en el debate sobre el mal estado de la Nación, que no ha servido para nada, salvo para que los dos grandes partidos que intentan gobernarnos se hayan tirado una vez más los trastos a la cabeza. Tenemos a un presidente mentiroso que no cumple sus promesas electorales –“aunque sí con mi deber”–, y a un líder de la oposición que no puede acabar con él porque tiene mucho por qué callar. Y el resto de partidos, esperando a que acaben de despellejarse vivos para recoger las tiras de piel y cambiarlas por votos en las próximas elecciones, los justos para tener su parcelita de poder. Mientras tanto, los bancos y los empresarios siguen a lo suyo, los primeros desahuciando sin piedad y los segundos despidiendo a trabajadores a mansalva. La corrupción no es el primer problema de España, aun siéndolo, pero los grandes medios de comunicación hacen su agosto con ella y desatienden asuntos mucho más importantes para los ciudadanos, de los que se ocupan más los medios modestos. Los dos principales partidos saben mucho el uno del otro, lo suficiente como para aniquilarse, pero reservan esa información para cuando convenga utilizarla. “Si tú me atacas, yo te ataco”, es lo que suelen decirse entre ellos. O sea, que si uno aprieta con lo de Bárcenas, el otro amenaza con lo de reavivar la candela de los ERES. Y como todos los partidos están manchados de mierda, salvo los que apenas tienen poder, ninguno puede hundir al otro. Ni siquiera la izquierda republicana más poderosa puede pedir abiertamente que los españoles tengan la oportunidad de elegir mediante un referéndum si quieren o no Monarquía, que ya va siendo hora. Y no porque la Corona también esté bajo sospecha de corruptelas, que lo está, sino porque es una herencia franquista que millones de españoles no queremos. Todo esto pasaría a un segundo plano si hubiera trabajo para todos, pero hay casi seis millones de parados, siendo Andalucía la región española con más desempleo. Este es el gran problema de España y no si la ya célebre Corinna es una “entrañable” amiga del rey o algo más que eso. La corrupción está siempre ahí y aflora cuando interesa que aflore. A pesar de la que hay en Andalucía, los socialistas ganarían hoy las elecciones, según una reciente encuesta. Y dentro de la escasa valoración de los ciudadanos hacia los políticos andaluces, Griñán es el más valorado de todos
Seguimos con la reconquista desde el SUR le pese a quien le pese.