¿POR QUE FRACASO LA II REPUBLICA ESPAÑOLA?...

¿POR QUE FRACASO LA II REPUBLICA ESPAÑOLA?

La II Republica española se proclama el 14 de Abril del 1931 y esta vigente hasta el 18 de Julio del 1936, fecha de la iniciación de la guerra civil y tuvo una vida precaria por sus turbulencias políticas interiores y se distinguieron tres tendencias: una extremista de izquierda en el que militan socialistas, comunistas y anarquistas; otra tendencia republicana donde se distinguen el Partido Radical, el Radical Socialista e Izquierda Republicana y una tendencia monárquica minoritaria apareciendo un nuevo partido republicano de derechas, de carácter conservador, la Ceda de Gil Robles.
Terminada la guerra civil y abolida nuevamente como la anterior I República es necesario preguntarse ¿Porqué fracasó la II República?
Muchas son las razones que se me ocurren para acercarme una solución equilibrada a este complejo dilema.
La República era una forma de Estado como en aquel entonces y ahora en países de nuestro entorno (Francia y Portugal) con formas republicanas con diferentes concepciones, una democrática y la otra con un sistema cesarista, pero al fin ambas repúblicas.
¿Porque en España tras dos tentativas había fracasado esta Institución? La segunda República fracasó por la incapacidad de la derecha y de la izquierda de entenderse en la alternancia democrática y donde desgraciadamente el desencuentro de las dos Españas, estuvo más vivo y presente.
Existían dos rivales políticos la derecha y la izquierda cuyo comportamiento fue por la izquierda de intentar sepultar definitivamente la España tradicional con sus poderes fácticos, la Iglesia y el ejército así como también el viejo orden monárquico decimonónico y por la derecha su intransigencia a cualquier tipo de reformas que afectara a las bases sociales privilegiadas que ella representaba.
No hubo voluntad de sus dirigentes de defender una fórmula de convivencia política, es decir un paraguas de protección para todos y así la izquierda atomizada en múltiples tendencias, cada una con su diferente modelo revolucionario tuvo enfrente a una derecha, no ideológicamente republicana, sino improvisada de los restos del conservadurismo español decimonónico y ahora influenciada por la Iglesia traumatizada por el sectarismo de izquierdas republicano.

Así pues sintetizo las razones que particularmente considero como la causa del fracaso republicano y son las siguientes:

Por el comportamiento de la izquierda

1º) El sectarismo político frente a la Iglesia con sus medidas represoras (la disolución de los jesuitas “medida según mi criterio acertada”, la expulsión de sus ministros como el caso del cardenal Segura, la campañas de quema de conventos e iglesias) con una actividad pasiva de las autoridades (Presidente de la República y Ministro de la gobernación) de tomar medidas para evitar y castigar estos desmanes.

2º) La falta de visión política de integrar al Ejército dentro del marco legal republicano con un acercamiento a sus bases y a sus cuadros de mando para hacerles participar en la construcción republicana.
El ejército fue pieza clave en la estabilidad de los régimenes políticos anteriores y decisorios en la consolidación del liberalismo político durante el siglo XIX.
Ante esta ausencia de motivación por parte de la izquierda republicana de contar con el Ejército, al revés se utilizó una política negativa de sectarismo cómo expresó equivocadamente Azaña en sus actos públicos donde manifestaba que “era necesario triturar al ejército”. Este fue el motivo que el 18 de julio del 1936 la inmensa mayoría del Ejército se sumará a la sublevación militar contra la República.

3º) En la reforma de las viejas estructuras Institucionales de la Iglesia y el Ejército el Gobierno no tuvo la iniciativa de contar con parte de su base social para hacerles participar y consensuar la necesidad de su reforma.
La proclamación de la II República supuso ilusión y alegría a parte de los integrantes de la jerarquía eclesiástica y militar a niveles de clases bajas de esta Institución que incluso con su voto favorecieron la implantación del nuevo orden.

4º) La izquierda republicana subestimo la influencia de la Iglesia en la sociedad española y cuando fue maltratada la incitó a su participación política a través de sus asociaciones católicas agrarias de oposición al sistema y con la formación del partido más representativo de la derecha española, la Ceda cuyo embrión procedía de la misma Iglesia.

5º) La idealización excesiva de las formaciones políticas de izquierda a planteamientos revolucionarios (revolución de octubre del 1934, Castilblanco, Casas Viejas, etc.,) y no a una pacífica reforma paulatina de las estructuras institucionales.

6º) La falta absoluta de responsabilidad política y de respeto al pluralismo democrático de algunos de los dirigentes de los partidos políticos y tendencias (Largo Caballero, Companys, etc.,) que alentaban a las masas a la sublevación y a la vía revolucionaria alterando la convivencia pacífica de la sociedad.

7º) La bipolarización política en Europa de los años 30 con la existencia de sistemas democráticos débiles y la aparición de dos concepciones de Estados totalitarios, el soviético de la Revolución rusa del 1917 y el triunfo del Nazismo y del Fascismo en Alemania e Italia respectivamente.

Por el comportamiento de la derecha

1º) La ausencia de partidos ideológicamente republicanos pues los existentes procedían de minorías monárquicas, tradicionalistas y otros de influencia marcadamente católica y que se constituyeron precipitadamente para participar en la alternancia política.
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2º) El inmovilismo de los partidos de derecha siempre opuestos a cualquier cambio o reforma, aunque estuviese justificada incluso sin incluir propuestas de reforma en sus programas electorales.

3º) Los partidos de la derecha y las asociaciones sindicales tenían una clara influencia católica y de motivación política en defensa de la Institución que había sido injustamente tratada por la izquierda republicana.

4ª) La identificación de la derecha con los movimientos autoritarios de Alemania e Italia en Europa e incluso con el Estado Novo portugués para garantizar su supervivencia tras la radicalización de los partidos de izquierda y sindicatos a sus tesis revolucionarias.

El 14 de abril de 1931 fue una oportunidad histórica en España de instaurar un sistema que tras el fracaso de la renovación política del régimen anterior preveía ser el futuro sistema político capaz de garantizar la convivencia pacifica entre españoles.
Desgraciadamente la historia pasada nos demostró que no fue posible y a pesar de que hasta ahora unos y otros realizan sus sueños frustrados, la realidad fue diferente.
La monarquía como Institución ya había perdido su razón de ser y su contenido en una sociedad liberal consolidada y la República en países de nuestro entorno geográfico se instituyó y a pesar de los problemas iniciales de adaptación como la 1ª y 2ª República francesa y la 1ª República portuguesa finalmente se consolidaron como Instituciones futuras.
Si el movimiento insurreccional del 18 de julio del 1936, hubiera mantenido la Institución republicana como forma de Estado y su bandera puesto que la República no es exclusiva de la izquierda, la guerra civil se hubiese decelerado e incluso apagado pues la izquierda moderada hubiese mediado en un arbitraje para evitar el horror sin precedentes que sufrió la sociedad española en el trienio trágico.
Quizás aunque Franco por su protagonismo y supuesta ambición personal hubiese establecido un Gobierno provisional habría sido dentro de una República aunque fuese de orientación cesarista y a imitación del gobierno de antaño en el Portugal republicano de Sidonio País o de Hitler en Alemania.
Así hubiese sido posible dentro del marco republicano una evolución posterior a una democracia participativa y quizás en casi cuarenta años de gobierno personalista los hubiera ocupado como Presidente vitalicio de la República a imitación del Mariscal Carmona en Portugal delegando la Jefatura del Gobierno en otra persona que con el transcurso del tiempo y por influencia de Europa tras la II Guerra Mundial se hubiese alcanzado antes la vuelta a la plena democracia.
Franco hubiese sido para un sector muy importante del país como el “Padre de la Patria” al mantener y reformar una República, que adolecía al principio de sus problemas de adaptación pero corregidos en el caminar de la Institución se hubiese transformado en una Institución modélica para el presente y con visión hacia el futuro.
Franco desaprovechó esta verdadera oportunidad y de haber alcanzado la grandeza y la gloria de la paternidad de esa República como lo fue la figura de Kemal Atatürk, militar como él en la moderna Turquía.

Julio Reyes Rubio