HORIZONTE....

HORIZONTE.

La que se le avecina a Casado el domingo.

Iñaki Oyarzábal tiene de línea dura lo que Carlos Iturgaiz de abertzale.

Ramón Pérez-Maura.

Actualizado: 09/07/2020 23:48h.

Los resultados de las encuestas para las elecciones gallegas y vascas del próximo domingo parecen bastante claros y no se vislumbra para los populares un resultado que no pase por una mayoría absoluta en Galicia y un pésimo recuento en el País Vasco, por detrás de los nueve logrados hace cuatro años. A partir de ahí, el discurso de las terminales mediáticas del sanchismo-leninismo va a ser que «esto es un fracaso de Casado porque la victoria de Núñez Feijóo se ha gestado sin las siglas del partido y representa un centrismo alejado de las posiciones del presidente del PP. Y en cambio en el País Vasco, donde Casado colocó como cabeza de cartel al “duro” Iturgaiz, los resultados han sido un desastre». Recuerden estas dos ideas y verán cuántas veces las oyen repetidas el domingo por la noche.
Para empezar con el PP del País Vasco, convendría preguntar cuáles han sido las propuestas duras que ha hecho Iturgaiz en esta campaña. No hubiera estado de menos que hiciese alguna, porque yo no he oído ninguna. Y, de hecho, conviene fijarse en quién ha sido su director de campaña: Iñaki Oyarzábal, que tiene de línea dura lo que Iturgaiz de abertzale. Oyarzábal ha dirigido casi todas las campañas electorales del PP en el País Vasco en los últimos veinte años y fue uno de los primeros dirigentes en descalificar a María San Gil cuando ésta manifestó sus discrepancias con las políticas de Mariano Rajoy. El PP ha hecho en el País Vasco una campaña en coalición con Ciudadanos ofreciéndole escaños a cambio de nada. Exactamente lo que Núñez Feijóo se negó a hacer en Galicia. Iturgaiz ha hecho hasta un acto con Fernando Savater y Maite Pagazaurtundúa, figuras que creo que no deben contarse exactamente en las filas de la derecha dura. Ver a Savater pidiendo el voto para el PP es un momento memorable de nuestra democracia y podría haberlo sido todavía más si no fuera porque todos sabemos el empeño y la certeza de mi admirado Savater a la hora de pedir el voto por la opción perdedora.

El mal resultado del PP en el País Vasco va a ser fruto de unas posiciones tibias, desdibujadas, que están lejos de lo que el PP manifestó cuando en 2001, con la candidatura de Jaime Mayor Oreja, alcanzaron 19 escaños. Un mensaje que ha permitido a Vox rascar votos que, aunque puedan no darle ningún escaño, seguro que quitan alguno al PP. Es evidente que el PP tiene un papel casi imposible en el País Vasco donde difícilmente será nunca alternativa de Gobierno. Pero sí tiene que ser firme a la hora de reivindicar con hechos el voto constitucional que está muy por encima del 15 por ciento, cifra que las encuestas no auguran al PP el domingo.

Comparar las elecciones vascas con las gallegas es hacerse trampas al solitario. Galicia tiene una superficie cuatro veces mayor que la del País Vasco y un nacionalismo surgido en la izquierda, no en la derecha como ocurre entre los vascos. La derecha popular ha ganado todas las elecciones de la historia de la comunidad gallega y sólo en una ocasión se quedó a un escaño de la mayoría absoluta, lo que generó un Gobierno bipartito encabezado por el PSOE que vacunó a los gallegos para van ya cuatro legislaturas.

Casado ha apostado por la candidatura de Núñez Feijóo sin titubear y ha hecho campaña con él en Galicia reiteradamente. Ahora el objetivo es negarle la victoria de su partido y acusarle de apostar por opciones extremistas. Lo importante es negar la evidencia, algo en lo que algunos medios de comunicación son especialistas. Y si no me creen, prepárense para escuchar la propaganda tóxica de la noche electoral de pasado mañana, domingo. Al tiempo.

Ramón Pérez-Maura.

Articulista de Opinión.