Tienes mala memoria, contestas a un comentario que yo hago ante el INSINIFICANTE yate de uno de los hijos de Fidel. Y parece ser que el que no has estado en la Habana eres tu, o quizá tu como turista con dinero has podido disfrutar de lo que no puede disfrutar “hasta el momento esta pobre gente" y por eso no te has enterado de nada.
mari carmen.- Mi memoria puede no ser buena, como tu quieras.
Contesto a una frase de tu comentario donde catalogas a los cubanos de "pobre gente" y te digo que en mi opinión esa frase sobra.
Si, conozco Cuba. No hace falta ser un "turista con dinero" -al contrario- para conectar con los cubanos en La Habana o en cualquier otra parte de la Isla.
Tomar un zumo de guayaba fresca en los campos de tabaco de Viñales, o caliente en una casita de los montes de Pinar del Río, o un café sacado de los posos ya colados en demasiadas ocasiones en Varadero, o en La Habana, o en el Complejo Turístico de Guamá donde los ricos jubilados canadienses dejaban algo de sus ahorros disfrutando en pequeñas casas pegadas a la playa de Bahía de los Cochinos, o en el Tren del Azúcar, o en tantos otros lugares
Todo ello, disfrutando de playas, montes, valles, cuevas... de todo lo que esa maravillosa isla tiene. Las tardes y noches cambiando impresiones con los cubanos de cada zona, unos esperando que Fidel desapareciera pronto para recuperar las posesiones que les requisaron, otros también esperaban que les llegara lo prometido.
Todos ellos cultos, con ideas vivas, con ilusiones. Te repito, los cubanos, no son "pobre gente”
Saludos
Contesto a una frase de tu comentario donde catalogas a los cubanos de "pobre gente" y te digo que en mi opinión esa frase sobra.
Si, conozco Cuba. No hace falta ser un "turista con dinero" -al contrario- para conectar con los cubanos en La Habana o en cualquier otra parte de la Isla.
Tomar un zumo de guayaba fresca en los campos de tabaco de Viñales, o caliente en una casita de los montes de Pinar del Río, o un café sacado de los posos ya colados en demasiadas ocasiones en Varadero, o en La Habana, o en el Complejo Turístico de Guamá donde los ricos jubilados canadienses dejaban algo de sus ahorros disfrutando en pequeñas casas pegadas a la playa de Bahía de los Cochinos, o en el Tren del Azúcar, o en tantos otros lugares
Todo ello, disfrutando de playas, montes, valles, cuevas... de todo lo que esa maravillosa isla tiene. Las tardes y noches cambiando impresiones con los cubanos de cada zona, unos esperando que Fidel desapareciera pronto para recuperar las posesiones que les requisaron, otros también esperaban que les llegara lo prometido.
Todos ellos cultos, con ideas vivas, con ilusiones. Te repito, los cubanos, no son "pobre gente”
Saludos