A Bruselas, Parlamento Europeo, los socialistas españoles...

A Bruselas, Parlamento Europeo, los socialistas españoles han llevado la marea de “revisión de la memoria”. Pretendían un debate cuyo objetivo era “la condena al régimen de Franco en el 70 aniversario del golpe de Estado franquista”: Ninguno de los grupos políticos estaba de acuerdo con este planteamiento y se aceptó dejarlo en una declaración del presidente de la Cámara, el socialista José Borrell y que cada grupo expresara su posición, sin voto, y así fue.

Borrell hizo exposición del Plan socialista de la exaltación de la II República (así lo titula ABC), claramente en la línea de rehabilitación nostálgica de la República que promueve Zapatero. “Estas iniciativas de justicia retrospectiva, son por definición un riesgo para quien las promueve porque suelen basarse en un juicio parcial que busca algo tan imposible como cambiar la historia en aquello que disgusta e ignorarla en lo que compromete”. (ABC)

Para El Mundo, Borrell utilizó “argumentos sectarios y provocadores”. “Borrell se inventa una historia imaginaria y a estas alturas sigue creyendo que hubo buenos y malos...” “Queda claro que no les interesa el pasado, sino el presente...”.

Para el periódico “La Razón”, así lo titula, “un esperpento en el parlamento Europeo termina con elogios a Franco” y opina: “La declaración del Presidente del Parlamento (Borrell) sucumbió a la demagogia y está más cerca del panfleto que de la verdad histórica".
“Si en 1936 se enfrentaron dos concepciones del mundo, la segunda no era precisamente la democracia...“. "Ahora cabe esperar que los socialistas de la Eurocámara condenen las sublevaciones bolchevique, castrista y marxista: entre las tres, suman más de cien millones de muertos”.

En la Cámara Europea hubo gritos pidiendo que se condene la matanza de polacos en el bosque de Katyn y que se haga lo mismo con el cincuenta aniversario del levantamiento contra el régimen comunista de Budapest (ABC 5-7-06).

Y hubo una voz gallarda, la del eurodiputado polaco Maciej Marian Giertych, que salió al paso y de manera tajante aseguró:

“Señor Presidente, Colegas”:

El hecho de que hoy en Europa central y occidental tengamos democracia, libertades civiles, propiedad privada y tolerancia, es consecuencia del hecho de que el comunismo no llego a adueñarse del continente. ¡Pero podría haberlo hecho! En Europa oriental el comunismo fue detenido por la victoriosa defensa polaca contra el ejército bolchevique invasor en 1920 y por la resistencia de Polonia contra la imposición de la dominación soviética. Que el comunismo no llegara a imponerse en Europa occidental se debe en gran medida a la victoria de la España tradicional en la guerra civil contra el gobierno dominado por los comunistas.
La izquierda española, aunque había obtenido el poder por medios democráticos, se comportó de la misma manera que en la Rusia bolchevique. El ataque principal se dirigió contra la Iglesia. Cerca de siete mil sacerdotes fueron asesinados. Muchas iglesias fueron profanadas. Las cruces de los caminos y las imágenes de los santos fueron sometidas al fuego de los disparos. Este ataque contra la España tradicional fue inmediatamente respondido por una reacción de las fuerzas tradicionales. La España comunista fue ayudada por las Brigadas Internacionales organizadas por la Rusia soviética. Como hacían siempre los comunistas, tanto el ejército como el gobierno fueron totalmente infiltrados por elementos del partido y por sus servicios secretos.

Gracias a los patriotas españoles, al ejército español y a sus jefes y oficiales, y en particular, gracias al general Francisco Franco, el ataque comunista sobre España resultó frustrado. Y así pudo ser prevenido el contagio de la plaga comunista a otros países. La presencia entre los políticos europeos de hombres como Franco, Salazar y de Valera garantizó la supervivencia de los valores tradicionales en Europa. Hoy carecemos de tales estadistas.

Es triste tener que decir que hoy observamos un revisionismo histórico que depende de la presentación a una luz desfavorable de todo lo católico y tradicional, y a una luz favorable de todo lo laico y socialista... No lo olvidemos.

El nazismo en Alemania y el fascismo en Italia tenían ambos raíces socialistas y ateas. La fuerza del bloque socialista y anti-católico en esta cámara debería ser motivo de mucha preocupación. Tuvimos un ejemplo de ello el mes pasado, cuando votamos sobre el documento acerca de la tolerancia y sobre el 7º programa marco. ¡Esto debe cambiar!”.