El día 23 de los corrientes, escribí algo sobre lo de ser de derechas o no y, la verdad, creo que alguien contestó con una pregunta que nada tenía que ver con lo que dije. Lo que sí veo es que, sobre todo los de derechas (o por lo menos defienden a la derecha económica y política, aunque no pertenezcan a la derecha económica) tienden a crear un mundo de maniqueos, en donde unos son los buenos y los otros son los malos. ¿Acaso el lobo es malo porque se coma alguna oveja? Menos mal que con Rodríguez de la Fuente, casi nos hacemos amigos de los lobos y pretendemos evitar su extinción. Con esta comparativa del Reino Animal, pretendo destacar que en el mundo ha habido, hay y habrá un Eterno Conflicto de Intereses y, derivado de ésto, una eterna pugna por la defensa de los intereses. La Derecha económica y política (con sus acompañantes religiosos), por una parte, como conductores de los recursos y los que viven de su trabajo que, suelen estar en condiciones de inferioridad a la hora de luchar para conseguir la distribución de la riqueza que éstos también crean con su trabajo (a éstos últimos, para simplificar, se les suele llamar la izquierda). Entre unos y otros, hay otros situados en la zona intermedia, o más próximos a unos o a otros, bien por poder o bien por los bienes y rentas que disfrutan. Si en la Naturaleza, cualquier persona medianamente formada no se le ocurre suprimir al lobo, en el terreno económico tampoco nadie debería pensar en hacer desaparecer a los empresarios, aunquen sean muy ricos. Defender al lobo, no ha de significar que arrase con todas las ovejas, por lo que, de igual forma, tampoco cabe pensar que los empresarios hayan de manejar a los empleados en términos de esclavitud, convirtiéndolos en dueños y señores de vidas y de haciendas. En definitiva, para que todos vayan bien, Están Condenados a Entenderse, y a repartir equitativamente las riquezas generadas por el trabajo y el capital, porque si unos ponen una cosa (el capital) otros ponen el trabajo. El problema surge en buscar fórmulas equitativas para unos y para otros, evitando los desequilibrios, algo fácil de decir y difícil de hacer y, sobre todo, de entender. A ver quién le dice al capitalista que abra la mano para que el hijo de un trabajador vaya a estudiar a la Universidad, o que tenga derecho a médico, con lo que eso cuesta. También al trabajador que debe mirar por la empresa que, aunque no sea suya, es de la que vive (o sobrevive). Las circunstancias juegan a favor de la derecha (son menos, y ponerse entre ellos de acuerdo, pueden aguantar mejor, pueden acumular riquezas, ocultarlas, dejárselas en herencias a sus familiares) El empleado, en general, forma parte de un colectivo numerosísimo, y, por tanto, más difícil unirse ante su oponente el capitalismo, heterogéneo en formación y capacidad de aguante ante las adversidades económicas, corruptible y traicionar los intereses de los de su clase y, a la larga, los suyos propios, por una ventaja, a veces transitoria. Si a eso añadimos las circunstancias en las que hay que gobernar, como le pasó a Felipe González, que había heredado una España económicamente desastrosa (14 de inflación, economía no competitiva, por industria obsoleta, empresas de distribución inexistentes, fuera de Europa, etc. etc.), con la ETA matando cada día uno, con un Ejército con el sable levantado, por ésta y otras cuestiones, con una derecha franquista copando todas las instituciones, debiendo tomar medidas para sanear la economía española y entrar en Europa. Al final consiguió meter a España en Europa (por esto vendrían después muchos millones de pesetas y euros), pero, solo se quiere ver de la izquierda el que, alguno falló. O sea, "hazme cien bien y no me hagas una, y no me has hecho ninguna". En la izquierda, compuesta por españoles, siempre habrá alguno que se arrima a ver qué es lo que saca, traicionando la bandera del pueblo y el interés general, pero eso no debe empañar la mayor, las buenas realidades. La derecha, si legisla para beneficiar al pueblo, es porque saque algún beneficio a cambio de ciento por uno. Por eso, si las ovejas te molestan, no te vayas con el lobo. Y eso va por los trabajadores que, inocentemente, creen que la derecha va a defender sus intereses. Es como si al lobo lo pusieran de pastor.
muy bien WENDY, estoy completamente de acuerdo contigo.
un saludo.
un saludo.