UN 25, DE MAYO DE FINALES DEL SIGLO XIX.
Aquel veinticinco de mayo, la madrugada era heladora, me comentaron algunas personas entonces mayores, ahora tendrían 150, años, que siendo ellos jovenes, y estando trabajando en las viñas, vieron como los tallos se quedaban helados y secos, El señor que me lo contó me comentó, vaya día que llegaste a nacer, ese día hace muchos años, finales del siglo XIX, la helada dejo a La Seca sin cosecha de cereales, y las viñas apenas dieron algunos racimos, Esta fecha se me quedó grabada en la memoria, Ese año la Villa tenía 1300, vecinos, más la huida forzosa fue muy grande, en un solo día 16, familias se fueron a Brasil, y empezaron las emigraciones a Europa, y América latina, países como Cuba, Argentina, y Chile, y en España Vascongadas, donde nuestros antiguos paisanos se abrieron camino, Otras personas se marcharon a diferentes tierras de España. Madrid, Barcelona, Asturias, y a la ciudad de Valladolid. Es posible que aquel fatídico año no se le recuerde ahora, ya que quien lo conoció ya no existe, solo las personas de buena memoria mayores son los que entonces lo recordaban, y lo fueron comunicando a sus descendientes, que muchos de ellos siguieron el camino de la emigración forzosa. Posiblemente en el extranjero donde muchas personas de esa Villa se marcharon, recordaran la salida de sus familiares hacia un futuro nada claro, pero más prometedor, ya que las personas Que quedaron en la Villa conocieron de cerca el paro y la necesidad de poder vivir dignamente. Fueron años de penas y miserias, donde los pobres eran una reata por los caminos aquellos. Los trigos aquel año se quedaron con las espigas blancas y heladas sin grano, y los tallos de los viñedos eran carpetas de uvas brotadas en nuevos tallos, Un desastre la helada en el mes de mayo, y una historia verdadera, según varios ancianos de hace ahora setenta años. Debieran de ser apuntadas ciertas fechas, para que los vecinos actuales supieran la historia. G X Cantalapiedra. 25 de abril del 2024.
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