El Gobierno socialista «no se rinde», pero ya ve difícil acabar el mandato.
La Moncloa insiste en aguantar, pero admite que tras los cambios en el PP y PDECat «se crean más problemas». El equipo de Pablo Casado avisa de que se prepara «para una elecciones»
Víctor Ruiz de Almirón.
Madrid.
Actualizado:
25/07/2018 09:00h.
El frágil castillo de naipes sobre el que Pedro Sánchez construyó la moción de censura y en el que sustenta la debilidad del Gobierno de España amenaza con desplomarse mucho antes de lo esperado.
Cuando Sánchez presentó la moción de censura se comprometió a convocar elecciones «cuanto antes». Pero sus planes cambiaron rápidamente al llegar al poder. La formación del Gobierno dio pistas de lo que el nuevo presidente iba a intentar y que desvelaría en su primera entrevista: agotar la legislatura y convocar elecciones en 2020. Pero menos de dos meses después de acceder al Gobierno los planes se complican y la sombra de un adelanto electoral toma forma. Ayer puso voz a esas dudas la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, que aseguró que «nadie está pensando en convocar elecciones», pero que a la vez «nadie va a resistir más allá de lo razonable» porque «sería absurdo».
La Moncloa insiste en aguantar, pero admite que tras los cambios en el PP y PDECat «se crean más problemas». El equipo de Pablo Casado avisa de que se prepara «para una elecciones»
Víctor Ruiz de Almirón.
Madrid.
Actualizado:
25/07/2018 09:00h.
El frágil castillo de naipes sobre el que Pedro Sánchez construyó la moción de censura y en el que sustenta la debilidad del Gobierno de España amenaza con desplomarse mucho antes de lo esperado.
Cuando Sánchez presentó la moción de censura se comprometió a convocar elecciones «cuanto antes». Pero sus planes cambiaron rápidamente al llegar al poder. La formación del Gobierno dio pistas de lo que el nuevo presidente iba a intentar y que desvelaría en su primera entrevista: agotar la legislatura y convocar elecciones en 2020. Pero menos de dos meses después de acceder al Gobierno los planes se complican y la sombra de un adelanto electoral toma forma. Ayer puso voz a esas dudas la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, que aseguró que «nadie está pensando en convocar elecciones», pero que a la vez «nadie va a resistir más allá de lo razonable» porque «sería absurdo».
Que Dios no os oiga. De momento esta mañana ha salido bien en el parlamento.
Saludos
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