Qué pena que sabiéndolo todo el pueblo no haya sido...

"Una estafa nigeriana, dos falsos militares americanos y tres hermanos asesinados: así fue el crimen de Morata de Tajuña
Los cadáveres aparecieron apilados, parcialmente quemados y con signos de violencia
Las dos hermanas enviaban dinero a falsos novios que conocieron por Facebook"

19 ENE 2024 14:23 Actualizada 19 ENE 2024 16:44
"Hace el bien sin interés alguno. Naturaleza alegre y optimista. No sabe decir que no. No se vence tan fácil. Odia a los mentirosos".

"Así definía Amelia a su novio en las fotos que colgaba en redes sociales. Ella ya se lo había contado a todo el pueblo. Que, a punto de cumplir 70 años, había encontrado al amor de su vida. Y había llegado de la forma más inesperada: por Facebook. El tipo se llamaba Edward y era un militar norteamericano que le había entrado por redes sociales. Un flechazo. Un tipo, todo bondad, al que aún no conocía en persona porque estaba sirviendo en Afganistán. Ya llegaría el momento".

"En el pueblo (Morata de Tajuña, Madrid) ya le habían advertido varias veces de que aquello olía a estafa. Pero ella se enfadaba. Y reaccionaba colgando las presuntas fotos de su novio por redes sociales, presumiendo de pareja. Fotos, porque esa era la única forma con la que, tras 6 años de presunta relación, se había comunicado con el supuesto militar norteamericano. Fotos y chat escrito".

"Amelia compartía vivienda con su hermana mayor, Francisca, y con Pepe, el mediano, que sufría una discapacidad intelectual. Los tres aparecieron muertos este jueves en el interior de su vivienda. Los tres con signos de violencia, apilados y parcialmente quemados, Y, curiosamente, con la cerradura de la casa echada a cal y canto... desde dentro".

"La estafa nigeriana
El crimen que conmociona al pueblo era una historia que ya tenía visos de acabar mal. Tres hermanos, procedentes de un pueblo de Ciudad Real- (Torre de Juan Abad), de entre 68 y 72 años. Francisca, Pepe y Amelia Pérez Ayuso. Habían residido juntos un tiempo en Madrid capital, en el barrio de Ciudad Lineal. Pero vendieron el piso para irse a vivir a las afueras. A un pueblo de poco más de 8.000 habitantes llamado Morata de Tajuña, al sudeste de Madrid".

"Se mudaron porque querían tranquilidad, pero también porque necesitaban dinero. Y es que Amelia se había enamorado. Un presunto militar norteamericano llamado Edward que la había conocido por Facebook. Se comunicaba con ella en español, pero siempre por escrito y mandándole fotos. Ni una sola llamada telefónica. Ni una sola videoconferencia".

"Amelia creyó al tipo a pie juntillas, a pesar de que el 'modus operandi' es el de las famosas estafas nigerianas que ya explicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA el pasado mes de agosto, en el que timadores profesionales procedentes de Nigeria, conocidos como Yahoo Boys, se hacen pasar por militares americanos y, prometiendo amor o una fuerte suma de dinero, acaban vaciando las cuentas del incauto que pica el anzuelo al otro lado de la línea".

Un segundo novio
"Amelia no sospechó. Empezó a enviarle dinero para sufragar diferentes gastos que al presunto militar le iban surgiendo. El amante en realidad no existía. Los timadores utilizaron la foto de un exmilitar estadounidense llamado Wesley Clark, ex comandante en jefe de la OTAN, que encontraron en Google. Y ella con eso tuvo suficiente".

"Los hermanos, poco a poco, se fueron endeudando. Porque ella enviaba todo el dinero que ganaba al presunto militar. Y porque su hermana Francisca también picó en un timo idéntico. Otro pretendiente que compartía características con el supuesto novio de su hermana. Otro militar norteamericano, maduro y apuesto, que estaba sirviendo en Afganistán y se había enamorado perdidamente de ella. Este se hacía llamar Michael Sandford, aunque su página de Facebook estaba en ruso y escribía en un rudimentario español".

"Francisca empezó a actuar como Amelia. A colgar fotos de su amado en redes sociales... y a enviarle dinero para costearse diversas eventualidades que le iban surgiendo. Pero perder dinero a ese ritmo tiene consecuencias. Los hermanos se quedaron sin blanca y empezaron a pedir prestado a los vecinos, según han contado fuentes del pueblo a este periódico. 500 euros a este, 1.000 a aquel, 3.000 al otro".

Arruinadas
"Sus conciudadanos les iban avisando de que estaban siendo objeto de una estafa, pero ellas reaccionaban enfadándose con los que les advertían. Pedían dinero y aseguraban que, en breve, les devolverían más de lo que les prestasen. Porque los estafadores iban haciendo su trabajo y prometían a las hermanas pingües beneficios si les iban mandando dinero".

Qué pena que sabiéndolo todo el pueblo no haya sido nadie capaz de acudir a la Guardia Civil, a Servicios Sociales, a la Iglesia.... etc, no sé a cualquier tipo de estamento que hubiera ayudado a estas mujeres a hacerles entender el disparate que estaban haciendo y del engaño que estaban siendo víctimas.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
A mi me falta la suficiente información como para hacer comentarios sobre este tema.
Me cuesta creer que en un pequeño pueblo, las autoridades no tuvieran constancia al menos de lo mismo que la mayoría de los vecinos.

Habrá policia municipal, y es posible que guardia civil. Es cierto que para moverse hay que denunciar, pero, esperar un mes sin verlos para tomar cartas en el asunto?
Algo ha fallado.