El Gladio español: ETA y la estrategia de tensión (4)...

El Gladio español: ETA y la estrategia de tensión (4)

EL BAILE DE LOS DEPORTADOS DE ETA A TERCEROS PAÍSES

La tercera parodia fueron las llamadas “deportaciones” de miembros de la cúpula de ETA a países africanos (Argelia, Cabo Verde) o latinoamericanos (República Dominicana, Ecuador, Venezuela, Cuba), después de que fueran detenidos “a la carta” en Francia. ¿Por qué se hizo ese trato de favor por el gobierno español, en connivencia con el francés, si eran miembros que “supuestamente” dirigían todas las acciones terroristas, en consecuencia, eran perpetradores de delitos (fueran o no de sangre) y deberían ser juzgados en España? ¿Se trataba realmente de “miembros” de ETA “puros” o, como en el caso de las Brigadas Rojas (Mario Moretti, Giovanni Senzani, Corrado Simioni, Duccio Berio, Renato Curzio, etc), trabajaban para los servicios de inteligencia españoles/extranjeros a través de comandos ocultos?

Dirigentes como el “líder” de ETA Domingo Iturbe Abásolo (Txomin), Ignacio Aracama Mendía “Macario”, Belén González Peñalva y Eugenio Etxebeste Arizguren “Antxon”, “el nº 2 de ETA”, fueron “deportados” a países africanos como Gabón, Argelia (Antxon y Macario habían estado previamente en Ecuador y la Rep. Dominicana) o Cabo Verde. En la información de ELPAIS, de julio de 1986, se puede leer cómo un rosario completo de miembros de ETA de mediano-alto perfil fueron “deportados” a uno de los destinos africanos privilegiados (Cabo Verde) donde hacían una relajada vida de turista, aunque nos decían que estaban bajo “vigilancia policial”.

Los etarras Elena Bárcenas Argüelles, lñaki Etxarte Urbieta, Iñaki Rodríguez Muñoa, Endika Iztueta Barandika, Tomás Linaza Etxeberría, Ángel Lete Etxaniz, Juan Ramón Aramburu y Amaia Eguiguren Arrasate recalaron en Cabo Verde con gastos de viaje y pensión completa pagados, presumiblemente con dinero de los fondos reservados. Elena Bárcenas, por ejemplo, estaba acusada, nada menos, que de participar en el asesinato del capitán de farmacia Alberto Martín Barrios, en octubre de 1983. ¿Qué hacía esta elementa con ese historial “deportada” en un país africano y no en España?

En el caso de Tomás Linaza esta información de ELPAÍS como mínimo da que pensar. Decía ELPAIS que Linaza “ha sido uno de los etarras que mayor número de veces ha sido detenido por la policía francesa y ya estuvo confinado durante un tiempo en la isla de Yeu. Era considerado por la policía española hasta su deportación como uno de los más importantes activistas de ETA Militar”. Linaza era detenido una y otra vez en Francia y…vuelto a poner en libertad…confinado…deportado, lo que se dice un activista con muy buena suerte. Todo menos enviarle a España, sino fuera porque quizás era un activo de las cloacas españolas.

ELPAÍS, igualmente, se hizo eco de unas declaraciones del dirigente de ETA, Ignacio Aracama Mendía, “Macario”, en 1992, que entonces se encontraba “deportado” en la República Dominicana. Macario, decían los de PRISA, “pintaba” un futuro “catastrófico” para la organización terrorista vasca. Analizando superficialmente el contenido de las declaraciones de Macario ves que se trata de una pantomima con aroma a Gladio español. Aunque si hay algo que dice Aracama de cierto, aunque lógicamente apuntando en otra dirección (cito de ELPAÍS) es que “la organización terrorista dispuso hasta los años 80 de apoyos internacionales y una (cita textual de Macario) ‘retaguardia relativamente segura [en Francia] adecuada en todos los terrenos para un firme asentamiento de nuestras bases'”.

Los apoyos internacionales de los que hablaba Macario y que disponía ETA no podían ser otros que los de la Red Gladio-CIA y la “retaguardia francesa segura” de la que presumía “Macario” era (una de ellas) la que estaba en la calle Tournelle, 27 de París, es decir, en la Escuela de Idiomas Hyperion de la CIA, hasta su cierre “oficial” en 1979. Después, es muy probable que les “buscaran” otro santuario o puticlub…a saber.

Noticias, como esta de 1998, muestran que existía lo más parecido a un apaño entre el Gobierno del PP y “ETA” para “regularizar” la situación de determinados miembros de la banda con el Estado: “Mayor Oreja (entonces ministro del Interior con el PP) invita a regresar a España a todos los deportados etarras sin procesos pendientes. El Gobierno invita a regresar a España a los deportados y exiliados de ETA que no tienen causas pendientes e incluso a aquellos que sí las tienen y son de escasa entidad”. Deportados…exiliados…sin “causas pendientes”. Cuánta deferencia oye…para ser unos malvados terroristas pertenecientes a la que era considerada una organización ilícita o de malhechores, como dice la jerga judicial. Suficiente, tuvieran o no delitos de sangre, para ser procesados. ¿O no? Pero Mayor Oreja les invitaba a regresar a España después de que el gobierno les hubiera “deportado” a la carta o les “dejara” exiliarse cómodamente a plazos.

En definitiva, lo que cabría preguntarse en las llamadas “deportaciones” de miembros de ETA a terceros países es: ¿Qué fue lo que verdaderamente escondía el pasteleo (entre Francia y España) que motivase el traslado de aquellos etarras a países extranjeros, en vez de ser llevados a España para ser juzgados? Pues que el pastel no podía llamarse otra cosa que Gladio.

La información más completa, rigurosa (pero con alguna que otra inexactitud) y alternativa, que he encontrado se ajusta a lo que verdaderamente fue el Gladio español está en un conocido foro donde un usario (probable conocedor de primera mano de los bajos fondos del Estado) abrió un extenso hilo hace varios años sobre la trama ETA-GAL-Gladio. Pero no hace falta llegar a esa conclusión, la conexión ETA con la red Gladio, después de leer el extenso tema de referencia, sino tras haber sido analizado el fenómeno terrorista europeo de Gladio europeo de la mano de jueces italianos o investigadores independientes como Paul Williams, Gerhard Wisniewski, Daniele Ganser, Philip Willan, Arthur Rowse, Sergio Flamigni y un largo etcétera ya mencionado en entradas anteriores.