ESPAÑA, CAMISA BLANCA....

ESPAÑA, CAMISA BLANCA.

Fuster Fabra: «A Puigdemont solo le queda que Corea del Norte le considere un perseguido político»

Especialista en la lucha antiterrorista, consiguió en los años de plomo condenas históricas contra ETA.

Salvador Sostres.

Actualizado:

17/07/2019 01:07h.

No me creo que le gusten las vacaciones.

Me gustan siempre y cuando no sean demasiado largas.

No me creo que le guste el verano.

También me gusta, porque nací el 15 de agosto, el mismo día y hora que Napoleón: a las 18.15. Una hora estupenda para levantarse de la siesta.

Este verano es raro, entre el juicio y la sentencia.

Pienso desconectar. Iré a navegar por la costa turca y no creo que allí me hablen del rollo del «procés».

Según los independentistas, España es Turquía.

Pues vale. Dicen muchas tonterías.

Usted sacó a Rosell de la cárcel.

El juicio lo ganamos todo el equipo.

Sí, pero la otra parte del equipo le tuvo dos años en la cárcel y a usted le bastó un mes para liberarlo.

Fue una coincidencia procesal.

Los que saben de estas cosas dicen que usted en la Audiencia Nacional. ¿Otra casualidad procesal?

Conozco bien la casa y le guardo mucho aprecio por los años de lucha contra ETA. Es la envidia de muchos países europeos. Un único órgano para combatir el terrorismo y las grandes redes criminales.

El entorno de Rosell sostiene que si no hubiera sido presidente del Barça no habría estado dos años en la cárcel por nada.

No lo creo. Su prisión provisional fue un grave error pero sin connotaciones políticas o futbolísticas. De hecho, le advertí a Rosell que si convertía aquello en una manifestación política, yo no entraba en su equipo de abogados.

Y entonces, ¿qué pasó?

El asunto se inicia en los Estados Unidos, la fiscalía asume y amplía la investigación y la jueza Lamela se la cree a pies juntillas. Luego, en las cuestiones previas, el tribunal percibe que hay dudas sobre la versión que le ha llegado y decreta la libertad de Rosell, y lo absuelve en sentencia.

Dos años dos y por nada.

Pero también demuestra la independencia de la Audiencia Nacional y que nuestro sistema judicial funciona.

Tomás Guasch escribió: «Fuster Fabra 1, Barça 0. El Español gana el primer derby de la temporada».

Dejé muy clara en la Audiencia mi condición de perico. No ayudó a la sentencia, pero ayudó a distender.

Usted derrotó a ETA en heroicas condiciones.

La victoria que más recuerdo fue la del atentado en la caserna de Vic. Ejercí la acusación particular contra Juan José Zubieta, el único terrorista que sobrevivió. Le condenaron en el 93 a 1311 años de cárcel, pero quedó libre en 2013.

No es razonable.

Se benefició de la derogación de la doctrina Parot. No es razonable: yo soy partidario de la cadena perpetua revisable porque ni Zubieta ni otros etarras liberados se han arrepentido ni han colaborado con la justicia.

España se ha visto reflejada en su mejor versión en el juez Marchena.

Hace muchos años que le conozco, y habiendo tenido resoluciones suyas a favor y en contra, he de decir que es un lujo jurídico.

Tiene en sus manos la sentencia más delicada de nuestra democracia.

Tomará su decisión en conciencia y sin ningún tipo de influencia exterior.

¿Es un caso difícil de juzgar?

Los hechos están muy claros pero la valoración es nueva, porque no tiene precedentes.

Si usted defendiera a Puigdemont y ante sus planes de esconderse si la euroorden de su extradición se reactiva, ¿qué consejo le daría?

Le diría que el mundo es demasiado pequeño para esconderse. Realmente no tiene donde esconderse. Su única alternativa es que Corea del Norte le considere un perseguido político.

¿De ser su letrado podría salvarle?

Que yo fuera su abogado es ciencia ficción, pero te diré dos cosas. La primera es que cuando defendí al general Rodríguez Galindo, la única limitación que me puso es que si para defenderle yo hacía o decía algo que perjudicara a alguno de sus hombres, renunciaría a mis servicios.

Puigdemont ha hecho todo lo contrario. ¿Y la segunda?

Yo soy reservista del ejército y el ejército me ha hecho mejor abogado. Me enseñó a distinguir entre estrategia y táctica. La estrategia es la planificación y la táctica es su aplicación. Sin estrategia, la táctica acaba siendo inútil, y también en esto Puigdemont ha hecho todo lo contrario.

¿Y qué espera del Español esta temporada?

Espero no perder la tercera final europea por penaltis. Creo que estamos perfilando un muy buen equipo.