Buenos días Pablo,
Es la segunda vez que me pongo en contacto contigo. La primera vez fue para hacerte llegar la carta de mi amiga S.
Hoy debo escribirte de nuevo, desde las entrañas, de forma visceral y sincera.
Soy nieta de un concejal de un pequeño pueblo de Extremadura que fue acusado de COMUNISTA y fusilado según consejo de guerra en el 1940. Mi abuelo dejó una joven viuda con tres niños pequeños y otro en camino del que nunca se supo nada, mi abuela lo perdió con alguna paliza cuando se la llevaron presa en algún momento entre el paseíllo que le dieron con ricino y el rapado de su cabeza. Hay muchas cosas de la historia de mi familia, de mi historia, que los franquistas me arrebataron siendo la vida de mi abuelo la más preciada de ellas.
Y por eso ahora me hierve la sangre cuando escucho “comunismo o libertad”, ¿en serio?, mi abuelo nunca admitió ser comunista y según recuerda mi padre, él era socialista o miembro de la UGT, aunque me imagino que si era socialista, lo sería de los que pueden presumir de serlo de verdad, pero mi abuelo podría haber sido perfectamente comunista o lo que él hubiera querido ser; podría haber sido comunista con toda la libertad y el derecho a serlo con el que el estado español, su estado, le debería haber amparado.
Comunismo o libertad, ¿dónde queda en esa frase tan grave la libertad para ser comunista? ¿y el respeto hacia los comunistas?
Cuando repiten elocuentemente y con una banalidad que hiere la frase que no sé ni como son capaces de articular con palabras tan grandes como “comunismo o libertad” entierran una y otra vez los huesos olvidados y roídos de miles de españoles a los que UN GOLPE DE ESTADO les arrebató la LIBERTAD y la VIDA. Nunca olvidemos que fue un golde de estado, no unos contra otros, no españoles contra españoles, no hermanos contra hermanos. Eran personas de estado luchando contra golpistas, eran los más firmes defensores de nuestra LIBERTAD, comunistas o socialistas, hombres o mujeres de diferente ideología, pero ante todo, personas de estado y sobre todo, gente de bien.
Porque mi abuelo era un hombre BUENO al que sentenciaron como la peor calaña de España, al que acusaron de comunista, de ratero y mala gente sin prueba alguna…mi abuelo solo reclamó legalmente una finca vecinal notarialmente reconocida para su pueblo cuyos vecinos no tenían ni un mendrugo de pan que llevarse a la boca. Mi abuelo regresó a su casa tras la guerra para estar con su mujer y sus hijos y los golpistas, después del armisticio, después de dar una palabra que ahora sabemos fehacientemente no vale nada, se lo llevaron. De mi abuelo solo puedo saber que tras su asesinarlo, le devolvieron a su esposa un trozo de tocino que el hombre llevaba envuelto en un pañuelo en el bolsillo. Solo esto sé de mi abuelo. Y que sabía leer y escribir, lo cual le convertía en una persona muy peligrosa para los poderosos.
Comunismo o libertad. Yo hoy elijo en su nombre y en el otros tantos, COMUNISMO Y LIBERTAD.
Libertad para ser comunista o lo que los españoles queramos amparados por el estado de derecho como todos y cada uno de nosotros merecemos.
Libertad para ser mujeres u hombres, libertad para elegir nuestra identidad sexual, libertad para decir ser o no madres, libertad para escoger la eutanasia si así nos los pide nuestro cuerpo y nuestra alma, libertad para poder estudiar y elegir nuestro camino, libertad para ser LIBRES sin pisotear jamás la libertad de nuestros iguales, algo que a algunos a veces se les olvida con el ruido de sus gritos y sus insultos porque también su libertad se acaba donde comienza la nuestra. Sálveme el Universo de quererles arrebatar su libertad obligándoles a ser homosexuales si así no lo sienten o a ser comunistas si sus ideas son opuestas. Sálveme el Universo ya que nosotros jamás querremos robarles su libertad. Solo pido respeto y un trato cortés y educado.
Por eso hoy tengo que decir muy alto algo que les debemos a nuestros antepasados: votemos, votemos todos por mi abuelo y por otros miles de españoles que perdieron su vida en defensa de nuestra libertad, es lo mínimo que se merecen
R.
Es la segunda vez que me pongo en contacto contigo. La primera vez fue para hacerte llegar la carta de mi amiga S.
Hoy debo escribirte de nuevo, desde las entrañas, de forma visceral y sincera.
Soy nieta de un concejal de un pequeño pueblo de Extremadura que fue acusado de COMUNISTA y fusilado según consejo de guerra en el 1940. Mi abuelo dejó una joven viuda con tres niños pequeños y otro en camino del que nunca se supo nada, mi abuela lo perdió con alguna paliza cuando se la llevaron presa en algún momento entre el paseíllo que le dieron con ricino y el rapado de su cabeza. Hay muchas cosas de la historia de mi familia, de mi historia, que los franquistas me arrebataron siendo la vida de mi abuelo la más preciada de ellas.
Y por eso ahora me hierve la sangre cuando escucho “comunismo o libertad”, ¿en serio?, mi abuelo nunca admitió ser comunista y según recuerda mi padre, él era socialista o miembro de la UGT, aunque me imagino que si era socialista, lo sería de los que pueden presumir de serlo de verdad, pero mi abuelo podría haber sido perfectamente comunista o lo que él hubiera querido ser; podría haber sido comunista con toda la libertad y el derecho a serlo con el que el estado español, su estado, le debería haber amparado.
Comunismo o libertad, ¿dónde queda en esa frase tan grave la libertad para ser comunista? ¿y el respeto hacia los comunistas?
Cuando repiten elocuentemente y con una banalidad que hiere la frase que no sé ni como son capaces de articular con palabras tan grandes como “comunismo o libertad” entierran una y otra vez los huesos olvidados y roídos de miles de españoles a los que UN GOLPE DE ESTADO les arrebató la LIBERTAD y la VIDA. Nunca olvidemos que fue un golde de estado, no unos contra otros, no españoles contra españoles, no hermanos contra hermanos. Eran personas de estado luchando contra golpistas, eran los más firmes defensores de nuestra LIBERTAD, comunistas o socialistas, hombres o mujeres de diferente ideología, pero ante todo, personas de estado y sobre todo, gente de bien.
Porque mi abuelo era un hombre BUENO al que sentenciaron como la peor calaña de España, al que acusaron de comunista, de ratero y mala gente sin prueba alguna…mi abuelo solo reclamó legalmente una finca vecinal notarialmente reconocida para su pueblo cuyos vecinos no tenían ni un mendrugo de pan que llevarse a la boca. Mi abuelo regresó a su casa tras la guerra para estar con su mujer y sus hijos y los golpistas, después del armisticio, después de dar una palabra que ahora sabemos fehacientemente no vale nada, se lo llevaron. De mi abuelo solo puedo saber que tras su asesinarlo, le devolvieron a su esposa un trozo de tocino que el hombre llevaba envuelto en un pañuelo en el bolsillo. Solo esto sé de mi abuelo. Y que sabía leer y escribir, lo cual le convertía en una persona muy peligrosa para los poderosos.
Comunismo o libertad. Yo hoy elijo en su nombre y en el otros tantos, COMUNISMO Y LIBERTAD.
Libertad para ser comunista o lo que los españoles queramos amparados por el estado de derecho como todos y cada uno de nosotros merecemos.
Libertad para ser mujeres u hombres, libertad para elegir nuestra identidad sexual, libertad para decir ser o no madres, libertad para escoger la eutanasia si así nos los pide nuestro cuerpo y nuestra alma, libertad para poder estudiar y elegir nuestro camino, libertad para ser LIBRES sin pisotear jamás la libertad de nuestros iguales, algo que a algunos a veces se les olvida con el ruido de sus gritos y sus insultos porque también su libertad se acaba donde comienza la nuestra. Sálveme el Universo de quererles arrebatar su libertad obligándoles a ser homosexuales si así no lo sienten o a ser comunistas si sus ideas son opuestas. Sálveme el Universo ya que nosotros jamás querremos robarles su libertad. Solo pido respeto y un trato cortés y educado.
Por eso hoy tengo que decir muy alto algo que les debemos a nuestros antepasados: votemos, votemos todos por mi abuelo y por otros miles de españoles que perdieron su vida en defensa de nuestra libertad, es lo mínimo que se merecen
R.