el 17 de agosto de 1930 establecen Pacto de San Sebastián...

el 17 de agosto de 1930 establecen Pacto de San Sebastián (1/2)
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Playa de la Concha de San Sebastián en el verano de 1930.

El Pacto de San Sebastián designa la reunión promovida por la Alianza Republicana que tuvo lugar en San Sebastián el 17 de agosto de 1930, a la que asistieron representantes de casi todos los partidos republicanos españoles y en la que se acordó la estrategia para poner fin a la monarquía de Alfonso XIII y proclamar la Segunda República Española. En octubre de 1930 se sumaron al Pacto, en Madrid, las dos organizaciones socialistas, el PSOE y la UGT.

Dictablanda de Dámaso Berenguer

Tras la aceptación por el rey Alfonso XIII en enero de 1930 de la dimisión del general Primo de Rivera, cuya dictadura había regido España desde hacía más de seis años, el rey nombró presidente del gobierno al general Dámaso Berenguer con el propósito de retornar a la «normalidad constitucional», actuando como si la Corona no hubiera estado implicada en la violación de la Constitución de 1876 que se inició con el golpe de Estado de septiembre de 1923 y que la Corona apoyó.2​

Los políticos republicanos y los autodesignados «monárquicos sin rey» (como Ángel Ossorio y Gallardo), así como numerosos juristas, denunciaron que la simple vuelta a la «normalidad constitucional» era imposible. El jurista Mariano Gómez González escribía el 12 de octubre de 1930: «España vive sin Constitución». La Dictadura de Primo de Rivera, al violar la Constitución de 1876, había abierto un proceso constituyente, afirmaba Gómez, que sólo la Nación podía cerrar con un retorno a la normalidad conducido por un Gobierno constituyente, unas elecciones constituyentes, presididas por un poder neutral que no fuera parte beligerante en el conflicto creado por la Dictadura, un sistema de libertad y garantías ciudadanas de plenitud constituyente y Cortes con autoridad suprema para crear la nueva legalidad común. 3​

El líder socialista Indalecio Prieto, en una conferencia pronunciada en el Ateneo de Madrid el 25 de abril de 1930, afirmó que para él «era una hora de definiciones… Hay que estar con el rey o contra el rey». Unos días antes, el exministro monárquico Niceto Alcalá-Zamora, que acaba de pasarse a las filas del republicanismo, afirmó que solo existía un poder legítimo: las Cortes Constituyentes. Así se fue fraguando la confluencia de partidos republicanos, nuevos y viejos, que se reunieron en San Sebastián el 17 de agosto de 1930.

La reunión y los acuerdos que se tomaron

El Puente María Cristina, con la Estación del Norte y Tabacalera al fondo, conecta el Centro con el barrio de Eguía.

La reunión se celebró en el domicilio social de Unión Republicana[aclaración requerida] de San Sebastián y bajo la presidencia de Fernando Sasiain (presidente del Círculo Republicano de San Sebastián), y a ella asistieron, según consta en la «Nota oficiosa» hecha pública al día siguiente, todos los partidos republicanos españoles, a excepción del Partido Federal Español: 5​

por la Alianza Republicana: Alejandro Lerroux, del Partido Republicano Radical, y Manuel Azaña, del Grupo de Acción Republicana;
por el Partido Radical-Socialista: Marcelino Domingo, Álvaro de Albornoz y Ángel Galarza;
por la Derecha Liberal Republicana: Niceto Alcalá-Zamora y Miguel Maura;
por Acción Catalana: Manuel Carrasco Formiguera;
por Acción Republicana de Cataluña: Macià Mallol Bosch;
por Estat Català: Jaume Aiguader;
por la Federación Republicana Gallega: Santiago Casares Quiroga;
a título personal: Indalecio Prieto, Felipe Sánchez Román, y Eduardo Ortega y Gasset, hermano del filósofo. Gregorio Marañón no pudo asistir, pero envió una «entusiástica carta de adhesión».
No se levantó acta por escrito ni de los temas tratados ni de los acuerdos alcanzados: solo conocemos lo que se habló a través de una «Nota oficiosa» que se publicó al día siguiente de la reunión en el diario El Sol y por la referencia «Otros pormenores» que Indalecio Prieto añadió a dicha «Nota oficiosa». Después de señalar la «unanimidad con que se tomaron las diversas resoluciones adoptadas» (sin explicar cuáles eran), en la «Nota oficiosa» se hacía un llamamiento a «las demás organizaciones políticas y obreras» (en referencia implícita al PSOE y a la UGT, ya que Indalecio Prieto había asistido a título personal) para «sumar sus poderoso auxilio a la acción que sin desmayos pretenden emprender conjuntamente las fuerzas adversas al actual régimen político».