Me gusta que menciones el tema de las indemnizaciones...

LA MEMORIA HISTÓRICA
Es bueno hablar del pasado para aprender pero sin perder ni un ápice en lo que está ocurriendo hoy día, época actual que limita con el futuro. Y la consigna es avanzar y mejorar día a día.
Todo es complicado porque cuando se nos está haciendo tanto hincapié desde el gobierno con series televisivas como " La República", los ciudadanos que estamos ahora gozando de una época de libertad como nunca se dio en nuestro país, podemos perder la perspectiva de los fallos que están cometiendo nuestros dirigentes actuales, y que no son moco de pavo, ni mucho menos.
En toda esta legislatura han estado comprando voluntades desde las pasadas elecciones en que ofrecieron a los ciudadanos "400 euros "que después nos los han cobrado con creces y nos han dejado en paños menores. Ahora, nuestros ropajes son chinos y si esto sigue así pronto tendremos que cambiar los vehículos por bicicletas, y si no al tiempo. En cuanto no saquen la rentabilidad de la última restricción de la velocidad y vean que los ciudadanos nos adaptamos a la ley ya buscarán otra treta para seguir restringiendo nuestros derechos de la manera que sea y por el bien de todos, pero sobre todo por el suyo propio. Como os digo su poder lo han estado afianzando sobre la marcha. Ellos tenían un falso poder que no les fue otorgado en las urnas y que consolidaron mediante pactos y pagando unos dineros a las comunidades autónomas que no han visto los ciudadanos de allí ni por el forro. Ese montante de dinero se lo han quedado los reyezuelos y por eso hay tanto déficit en Cataluña, País Vasco etc... Hay otras comunidades que tienen deudas pero el avance que les está permitiendo ese endeudamiento se ve a las claras en unas obras que están transformando ciudades y conduciéndolas a un progreso futuro, que en cuanto remonte la crisis, podrán codearse con las más importantes.
Por eso amigos y amigas, mas nos vale centrarnos en lo que está pasando aquí y ahora que la memoria histórica la podemos hacer cada uno y cada una y poner altares familiares a los nuestros como yo lo he hecho. Tanto como el estado se vanagloria en la memoria histórica a mi no me han ayudado para nada. Escribí al embajador de una ciudad austriaca para pedirle un certificado de defunción de mi abuelo y ni siquiera obtuve respuesta.
Por mi cuenta y riesgo tuve que contactar con Cruz Roja Internacional y ha sido a través de ese organismo por el que efectivamente me ha llegado la documentación que solicitaba. Con ella en la mano he podido remitirla al Juzgado de paz de Torremocha del Pinar (Guadalajara) para que allí pudieran hacer la anotación marginal pertinente en su acta de nacimiento. Y si no viviera mi padre, que es a quien le han podido remitir tales documentos, hubiésemos tenido que contratar a unos abogados y letrados para poder tener algo tan sencillo como es una anotación marginal en un acta de nacimiento de un finado español.
Yo creo que si he sido jueza de paz de Tardajos ha sido para poder legalizar y actualizar el acta de mi abuelo. Si yo no hubiese tenido nociones de inscripciones y anotaciones judiciales nunca me hubiese sentido en el deber de que a mi abuelo no le faltasen. ¡Cuántas anotaciones marginales de las actas de los libros de los juzgados faltarán! No me hago ni idea, pero lo supongo por lo difícil que lo he tenido yo para conseguirlo.
Si alguien está en esa situación ahora con mi ejemplo lo podrá tener más fácil porque ya saben los trámites que hay que seguir.
Ahora si solicito la partida de nacimiento de mi abuelo, ya tengo la defunción en ella, y no debo pedir más explicaciones ni a alemanes ni a austriacos.
Me decepcionó en grado sumo que el embajador del pueblo austriaco no tuviera para una compatriota ni una respuesta que me tuve que buscar por mi misma.
Ahora estoy esperando documentos de Francia, de cuando apresaron a mi abuelo allí en el periodo de ocupación nazi.
Puedo decir con voz alta y clara que aquí en España nadie me ha facilitado desde el gobierno ni desde sus aledaños nada de ayuda en la búsqueda de los datos que he precisado acerca de mi abuelo.
Y sí tengo mucho que agradecer a CRUZ ROJA INTERNACIONAL por toda la molestia que les he podido causar. Son ellos los que realmente me han ayudado y a los que les estoy agradecida. Agradecimiento que hago en nombre de todos los familiares de Antonio Benito García Hombrados, en especial a Carmen Flores, que se ha desvivido en nuestra solicitud.
Por eso ¿para qué tantos embajadores, si no son capaces de decirnos qué trámites debemos de hacer los ciudadanos de España cuando reclamamos trámites judiciales básicos como puede ser la de una anotación marginal, a que tenemos derecho los españoles?
Estamos en pañales en materia judicial. Y lo peor es que no lo toman en serio. Cualquier país nos ayuda más a los españoles para la memoria histórica nuestra que la propia España actual. Un ejemplo de ello es Francia en la actualidad; que si pagó por sentirse responsable durante la ocupación nazi a los ciudadanos españoles que fueron conducidos al holocausto de Hitler.
Pero a España que le pedí información a través de sus embajadores, no me la dio nunca. Y lo digo para que se sepa y lo sepa el propio gobierno cuando tanta pompa hace entorno a la memoria histórica con el fin de conseguir rédito de ella para su apoltronamiento en el gobierno, y no para solucionar las inquietudes de los ciudadanos que no les importamos lo mas mínimo como me han demostrado hasta la fecha. Solo el poder por el poder mismo, y nada más.

Carmen estoy completamente de acuerdo en todo contigo, si a la memoria histórica
y muchos afectados por ella, como familiares, si no hubiese incluido en ella las
supuestas, indemnizaciones muchos no hubieran movido un dedo, pero se empezaron a frotar las manos, de lo que podían supuesta mente embolsar. y aparecieron abuelos
tíos y demás familia, que si hubiese vivido no se acordarían de ellos para nada
con esto no quiero tampoco generalizar, pues siempre puede haber excepciones.

Me gusta que menciones el tema de las indemnizaciones porque ahí también tengo mucho que decir y que contar.
¿Se puede creer el público en general que cuando mi abuela cobró la justa indemnización de Alemania, y la cobró toda su vida hasta que murió, hubiese gente que todavía se moría de envidia por ese motivo? Pues soy testigo directo que tanto personas de derechas como de izquierdas así lo manifestaron y así lo puedo transmitir ahora.
Así puedo decir que la envidia es parte consustancial del ser humano de cualquier ideología y raza. Y muy dañina, porque siempre ha habido gente dañada por el tema de la envidia y en especial los niños. A mi lo mismo me han dañado los de izquierdas como los de derechas.
Decirte, Jon, que si mi abuela llegó a cobrar no fue porque ella hubiese hecho nada, no sabía leer ni escribir; y sus hijos, todavía tampoco. Pero mi abuelo tenía a sus hermanos y a sus padres en Francia y ellos fueron quienes tramitaron todo para que mi abuela pudiese acogerse a lo que legalmente le pertenecía, y gracias a sus familiares franceses mi abuela junto con sus hijos y nietos pudo vivir una digna vida en Madrid. Se compraron un piso junto al campo del Rayo Vallecano y allí íbamos todos sus nietos a acompañarla aunque para ello tuviésemos que caminar mucho. O nos llevaran en coche. Mi abuela nunca, y lo puedo decir con orgullo, nunca estuvo sola. Y gracias a los hermanos de mi abuelo de Torremocha del Pinar que sí sabían leer y si pudieron tramitar todo el papeleo para que Francisca Utrilla Mellado pudiese obtener la herencia de un hijo español, republicano, cristiano, y sobre el que cometieron tantas tropelías los nazis durante su cautiverio en el campo de concentración de Mathausen (Austria); en el que le asignaron hasta tres numeraciones diferentes desde que le cogiesen preso en Francia y en poco más de un año.
La única pena es que hemos perdido en España el contacto con los de Francia porque éramos muy pequeños todos nosotros y teníamos mucho que hacer con nuestras familias en España. Algún día volveremos a ver a nuestros familiares de Francia que proceden como digo de Torremocha del Pinar.
Más tarde, y no me duele explicarlo, a uno de los tíos que tenía le comunicaron que legalmente también les pertenecía otra indemnización por parte de Francia. Un historiador se puso en contacto con mi familia y nos comunicó esa ayuda. Mí tío y mi padre repartieron parte del dinero con la familia de los otros hermanos aunque legalmente no les perteneciese. Eso no lo hace todo el mundo hoy. Otra parte se la quedaron ellos porque realmente si lo necesitaban.
Pero entonces yo todavía no había tenido en mi poder la certificación de nacimiento de mi abuelo. Después de pasado el tiempo yo personalmente solicité un certificado literal de nacimiento y fue cuando vi que no constaban ni los testigos, ni el juez, ni el secretario y solamente su nombre y apellidos. Quedé desazonada, y más cuando por mis manos habían pasado certificaciones literales completísimas de otros jueces y mías propias. Y pensé que mi abuelo se merecía tener una certificación como las que yo tenía en mi juzgado de paz de Tardajos. Y me puse en marcha para conseguirlo. Después que mi padre y mi tío hubiese cobrado de Francia lo que le pertenecía, yo quise completar la documentación de mi abuelo que yo creí justa para un hijo tan bueno y tan patriota.
Si yo hubiese tenido en mi poder esos documentos antes, antes los habría solicitado pero no fue así.
Ahora tengo la satisfacción personal de haberlo conseguido no por dinero sino por justicia. Para mi es el legado de mi abuelo, y todos los documentos que pueda conseguir me satisfacen plenamente.
Si todo lo que se hoy lo hubiese sabido cuando era niña hubiese guardado como oro en paño cualquier detalle y recuerdo de mi abuelo, pero cuando algo así te sucede no estás en condiciones y no sabes el significado de lo que vives hasta mucho después de pasar. Pero sí te queda gravado el ejemplo de una esposa fiel como fue el de mi abuela hasta el final, hacia el gran amor de su vida que fue mi abuelo y todo lo que ella me contó de él y de sus vidas tan penosas y tristes por culpa de una guerra entre iguales en la que todos perdieron y nadie ganó, salvo los dirigentes, como siempre