Asistió a una proyección con coloquio sin precedentes...

Asistió a una proyección con coloquio sin precedentes en la cárcel de Pamplona y a la que al final no fueron los 10 presos de ETA que están allí. ¿Cómo se sintió? ¿Cambia algo su discurso de arrepentimiento con esto?

Sentí un poco de decepción. Lo primero que pregunté era si había presos de ETA en esa cárcel y me dijeron que sí, que había en torno a 10 o 12 y que algunos ya tienen el tercer grado. Así que salen a la calle. Al final nos avisaron de que ninguno iba a ver la película y me dio pena. No sé por qué no estuvieron. Quizá por no exponerse. Igual luego van a verla en algún cine en el que pasen inadvertidos. Entiendo que es complicado y que puede haber muchísimas cosas ahí por medio, pero quiero pensar en positivo.

A mí me impresionó mucho estar allí delante de 100 presos y que estuviesen todos bastante emocionados y haciendo preguntas. Sobre todo mostraron mucho agradecimiento a la película y a la posibilidad que les da la justicia restaurativa para su recuperación.

Se armó mucho revuelo con las declaraciones de Luis Tosar en Donostia. ¿Que entrar en ETA fuera algo tan "espantosamente natural" le sorprendió cuando conoció a Luis e Ibon? ¿O en Euskadi se sabía y se veía por el ambiente político?

A mí personalmente no me extraña. Lo que dijo Tosar no debería escandalizar a nadie. Pero también te digo que la inmensa mayoría de los jóvenes no entraron en ETA. Entraron algunos, pero la mayoría no estuvo nunca en ETA y eso hay que ponerlo en valor. ¿Puede pasar? Por supuesto. Estaban influenciados por muchas cosas: el ambiente del pueblo, las familias o las buenas amistades. A cada uno nos ha tocado vivir lo que nos ha tocado vivir. Como se suele decir, no es lo mismo nacer delante de la Iglesia que detrás. Sigo prefiriendo ser la viuda de Juan Mari que la madre de Ibon.

Xabier Makazaga, el tercer miembro del comando, pidió hace unas semanas tener un encuentro con usted por primera vez. ¿Ha llegado a suceder?

Los encuentros restaurativos deben de ser más que discretos, lo siguiente. Se dieron a conocer en su día, en 2012, porque se terminaron de hacer. El Partido Popular dijo que no quería saber nada del tema y a los que participamos nos parecía que se debían conocer. Pero ya a cosa hecha. Si se ponen en marcha otra vez debe ser con una discreción total y absoluta. Creo que con esto he contestado bastante bien a tu pregunta (ríe).

Y en caso de producirse, ¿sería más difícil enfrentarse a la persona que apretó el gatillo?

No, de verdad. Además ellos te lo dicen clarísimo: que se lo echan a suertes el día del atentado y a quién van a matar. En ese aspecto no creo que influya demasiado en mi estado de ánimo. A priori. Luego no lo sé.

¿Le molesta que se confunda reconciliación o perdón con dar segundas oportunidades?

El perdón es una palabra que para mí tiene muchísimas connotaciones religiosas. Y yo no soy religiosa, soy agnóstica. Yo creo que dar una segunda oportunidad a una persona quiere decir lo que quiere decir, ni más ni menos. Yo se la quiero dar a quienes han solicitado estar conmigo y han hecho un recorrido personal. Puede haber alguien que no lo entienda y que lo disfrace diciendo que cómo he podido perdonar. Pero esto es algo mayor que eso y queda entre ellos y yo.

Una vez visto el resultado, ¿cree que la película puede ayudar a que lo haga más gente?

Yo soy la menos objetiva para hablar de la película. Pero la mayoría de la gente opina que está bien y que puede servir para muchas cosas, desde hacer memoria hasta escribir de lo sucedido. Me gustaría que sirviese también para esto. Y que se entienda no solamente en Euskadi, sino fuera de España. Porque hay muchísimas zonas con conflictos de estas características, donde hay mucha violencia y pueden suceder cosas que aquí ya han sucedido.

Otra víctima del comando que asesinó a su marido fue Santiago Oleaga, periodista del Diario Vasco. Su mujer, Amaia Guridi, ha dicho que no se ve capaz de hacer lo mismo que usted. ¿Ha hablado con ella al respecto alguna vez?

Yo soy muy amiga de Amaia. Muy, muy amiga. Sé que ha visto la película. Ella estuvo en la primera reunión en la que nos explicaron en qué iban a consistir los encuentros. Decidió no hacerlo, pero bueno, quién sabe si el día de mañana se anima. Esto es un proceso muy lento y cada uno tiene sus tiempos y sus ritmos. Quienes participamos no somos un número muy elevado. Pero si nos hubieran dejado continuar, hoy, en 2021, estaríamos hablando de otra cosa.

Los encuentros desaparecieron con Mariano Rajoy en 2012. ¿Cómo les sentó que el Gobierno popular se inmiscuyese en esa decisión tan personal?

Me pareció una equivocación por parte del gobierno del Partido Popular. Porque "ese mundo" ha ido entrando en las instituciones al abandonar el uso de la violencia y a nosotros se nos apartó. Fue una equivocación terrible tomar esa decisión. No sé por qué lo hicieron. Hay muchísimas víctimas a las que les parecía una barbaridad que te sentases a hablar con el asesino de tu marido. O con otro exetarra. Yo entiendo eso igual que imagino que hay un montón de etarras que todavía se sienten muy orgullosos de lo que hicieron.

Este es un trabajo pedagógico que hay que ir haciendo poco a poco, lentamente y sin prisas. Pero bueno, llevamos bastante tiempo con el Partido Socialista en el Gobierno y es ahora cuando se empieza a hablar de la posibilidad de comenzar estos encuentros. Y como te decía antes, se debe hacer con la máxima discreción. Si no es así, no funcionan.

Bollaín nos decía que los encuentros no eran ideológicos, que eran algo meramente humano. ¿Está de acuerdo? ¿Tener ciertas ideas políticas ayuda a la reconciliación?

Fundamentalmente estamos hablando de humanidad. Yo políticamente estoy a años luz de lo que puedan pensar Ibon o Carrasco. Lo veo desde otro punto de vista: desde la persona. Estas personas no son las mismas que las del año 2000. Han hecho un recorrido personal de autocrítica y, ahora mismo, si se pudiese echar para atrás en el tiempo, no lo harían. Pero lo que prevalece es la inmoralidad de aquella época. Reconozco que la política está por todos lados. Pero bueno, yo creo que estas cosas fundamentalmente se hacen desde un punto de vista no partidario.

De hecho, usted siempre dice que Juan Mari les habría dado una segunda oportunidad. ¿Como político, como humano o como ambas?

Como ambas, por supuesto. Porque a él le gustaba la política muchísimo. Y luego, humanamente, estaba a favor de defender todos los derechos humanos, no solamente los de quienes te gustan. Por eso criticaba las torturas a los etarras. Y él era así. Lo hubiera hecho seguro, como persona y como político, desde los dos puntos de vista. No me cabe la menor duda......

(sigue)