La derecha española toda ella se resiste a perder el poder político, de aquello que considera su cortijo. Para éste poder factico: medios de "desinformacion", la Judicatura, los instrumentos coercitivos de represión etc. No son suficientes para en control de la ciudadanía, necesitan controlar el poder político, el poder legislativo que jurídicamente protejas sus fortunas y privilegios. No es casual que cuando no gobiernan, incumpliendo sistemáticamente sus programas y promesas, tilde de ilegítimo cuando no son ellos. Ningún gobierno en el post-franquista ha cumplido las promesas, porque consideran que están echas para no cumplirlas. Que un partido como el PP (organización política para delinquir) como así consta jurídicamente, sea la que tilde a los s demás de sus propias dolencias y un partido como VOX (engendro natural de alianza Popular) allegado al PP su padre putativo, reivindique las esencias de la dictadura, un rescoldo que arrastra ésta incipiente demoocracia, cuyos principios y valores aún no han podido abrirse camino, la culturatura del nacional-catolicismo (franquismo) aún perdura en una mayoría social española. Una democracia que aún se debate entre lo viejo que se resiste a perecer y lo nuevo que no termina de nacer. Todos somos de una u otra forma creaturas de la mentalidad franquista y dentro de esa mentalidad también existe esa lucha interna que nos dificulta encontrar las soluciones a los problemas que nos encontramos. Con la iglesia hemos topado, amigo Sancho. Si. no nos liberamos de las taras y prejuicios que le franquismo nos inculcó, seremos condenados a repetir los errores que nuestra incapacidad no ha sabido resolver. Acabamos siendo víctimas de nosotros mismos, buscando pretextos que justifique nuestras ignorancia. España es un país plural y diverso, su unidad se intentó fraguar a fuerza de la espada y las represiones que las monarquías absolutas han venido ejerciendo y cuando el pueblo las rechazaba las derechas respondían con dictaduras militares que las volvía a asentar. El pueblo desgraciadamente nunca tuvo ocasión de ejercitar su propia personalidad ni reconocer su diversidad y pluralida. Lo de España una, grande y libre, es una expresión fascistoide, una milonga que juega con los sentimientos patrios, donde el pueblo hace las guerras que otros organizan para preservar sus propios intereses diciendo que son de todos. La amnistía es propio de una democracia, se hizo con los verdugos de la dictadura, con los corruptos de todo pelo con el PP, indultos a los golpistas cuyo cabeza de turco fue Tejero, sabiendo que los verdaderos golpistas aparecieron como salvadores de su democracia, un intento inteligente para no ir más lejos. El pueblo se merece una democracia que se reconozca a sí mismo. Los partidos son instrumentos unos del poder económico y otro de los que producen la riqueza con su propio esfuerzo. Si conseguimos romper las barreras que la mentalidad franquista nos inculcó, estaremos en condiciones de liberarnos y liberar a España del olor rancio putrefacto que desprenden los nostálgicos de tiempos ya pasados de triste recuerdo. Ganaremos todos, Seguros.