El tiempo de la Decencia.
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Buenas noches. Dormí mal: lo de siempre. Y me desperté a las once. Y desde el móvil abrí Facebook: lo dejo encendido, el móvil, digo, de noche por cuestión de mi salud, pero en silencio. Abrí primero face porque es lo más rápido y una que es pesimista hasta extremos inconcebibles se temía encontrar mil mensajes de “qué capullo” (omito el calificativo grueso, que todavía hay ley mordaza), de “Y ahora volver a empezar”. Pero no vi nada. Raro, raro. Mandé un sms a mi hermana y me contesta “pues empieza la votación”, y entonces pensé: “hostias, si empieza la votación es que no ha dimitido”. Me quedé en la cama escuchando. Ay, pero si me parecían más noes que síes, por dios. Y yo diciendo “verás tú que alguno le ha dicho a Pedro que nones a última hora y por vergüenza torera está aguantando el tipo”. Ay. Y de pronto se escucha la voz del de la SER que dice “en este momento ya es mayoría absoluta”, o algo parecido. Y voy y me siento en la cama y doy un grito, aplaudo, grito otra vez, me pongo de pie en la alfombra, Charlie, que se había ido al sofá, se asusta y viene con cara de “quién te quiere pegar”, y me doy cuenta de que:
Se me ha caído la radio al suelo y las pilas se han ido debajo de la cama, estoy descalza y por eso me he tropezado y vuelto a sentar de golpe en esa cama, me está dando la tos y encima me he puesto a llorar como si tuviera yo mis aquellos 17 años.
O sea que, he recibido al Presidente buscando unas pilas de radio, con el perro alborotao, en pijama, descalza y encima llorando como una tonta.
Vaya por Dios.
Me perdonan la forma de contarlo pero es la mía.
Decía esta mañana que claro que habría que analizar muchas cosas, que el Psoe es lo que es, que ya sabemos que hay un mundo de lo deseable a lo realizable. Pero miren, yo soy Socialista y también lo decía esta mañana, y ver a un tío al que su propio partido aliado con las fuerzas más reaccionarias de este país quiso hundir en la miseria, pensar en cómo todos le auguraban la desaparición política, el “con esto – lo de la Gestora- ni volverá más”, ver todo eso, ver el Congreso de después, la votación de los militantes, y verlo hoy.
Hoy es el Presidente del Gobierno de España. Jódete, lorito. Con el apoyo de toda la cámara salvo el PP y Ciudadanos que venía a “regenerar la política”, y que lo primero que dice ayer al empezar su discurso es “Rajoy no me ha llamado”. ¿Necesita usted que le llame Rajoy para pensar?... “Papi no me quiere ya”, debería haber dicho.
Pensaba en el Parlamento. Córcholis: igual sí que sirve para algo. Porque el parlamentarismo tiene que servir para algo; no solo para gobernar, decidir leyes, sino también para controlar a los gobiernos, y en su caso, como hoy: echarlos. A eso se le llama política.
¿Qué más tenía que pasar para que el Parlamento decidiera?
Me despido ya. Ya decía esta mañana que no me callo ni debajo del agua, así que si me parece bien algo lo diré y si me parece mal lo diré igual, pero córcholis: Los han echado. Los han echado. Los han echado. Han echado la prepotencia, la mentira, la manipulación de los medios, la falsedad, el falso testimonio, la chulería, la corrupción, el mirar a otro lado, la indiferencia por el dolor ajeno, los desahucios inmisericordes, la destrucción de la sanidad, la educación, la memora histórica para con nuestros fusilados y abandonados en las cunetas, el paternalismo machista, la exclusión de los discapacitados, el desprecio a los emigrantes y a los refugiados. Puedo seguir. Pero principalmente han echado “un modo de ser “que a mí me ha repateado desde pequeña porque lo conozco en persona: el “usted se calla porque lo digo yo”.
Será difícil recuperar todo eso. Y lo primero que hay que recuperar es el diálogo. En vez del “usted se calla”, el “le escucho”. Y tender puentes, y no despreciar, ni humillar. Porque con el “usted se calla” se puede vencer, pero no se convence. Se puede gobernar pero no se convence. Se puede ningunear; pero no se convence.
Ojala sea este el inicio –tímido, inseguro, ya sabemos que desde la realidad que tenemos- de un tiempo al menos en el que la desvergüenza, el oprobio y la indignidad no están en La Moncloa. Ojala empiece de verdad el tiempo de la Decencia.
Buenas noches y Buena Suerte.
Por Alena Collar
Doctora en periodismo
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Buenas noches. Dormí mal: lo de siempre. Y me desperté a las once. Y desde el móvil abrí Facebook: lo dejo encendido, el móvil, digo, de noche por cuestión de mi salud, pero en silencio. Abrí primero face porque es lo más rápido y una que es pesimista hasta extremos inconcebibles se temía encontrar mil mensajes de “qué capullo” (omito el calificativo grueso, que todavía hay ley mordaza), de “Y ahora volver a empezar”. Pero no vi nada. Raro, raro. Mandé un sms a mi hermana y me contesta “pues empieza la votación”, y entonces pensé: “hostias, si empieza la votación es que no ha dimitido”. Me quedé en la cama escuchando. Ay, pero si me parecían más noes que síes, por dios. Y yo diciendo “verás tú que alguno le ha dicho a Pedro que nones a última hora y por vergüenza torera está aguantando el tipo”. Ay. Y de pronto se escucha la voz del de la SER que dice “en este momento ya es mayoría absoluta”, o algo parecido. Y voy y me siento en la cama y doy un grito, aplaudo, grito otra vez, me pongo de pie en la alfombra, Charlie, que se había ido al sofá, se asusta y viene con cara de “quién te quiere pegar”, y me doy cuenta de que:
Se me ha caído la radio al suelo y las pilas se han ido debajo de la cama, estoy descalza y por eso me he tropezado y vuelto a sentar de golpe en esa cama, me está dando la tos y encima me he puesto a llorar como si tuviera yo mis aquellos 17 años.
O sea que, he recibido al Presidente buscando unas pilas de radio, con el perro alborotao, en pijama, descalza y encima llorando como una tonta.
Vaya por Dios.
Me perdonan la forma de contarlo pero es la mía.
Decía esta mañana que claro que habría que analizar muchas cosas, que el Psoe es lo que es, que ya sabemos que hay un mundo de lo deseable a lo realizable. Pero miren, yo soy Socialista y también lo decía esta mañana, y ver a un tío al que su propio partido aliado con las fuerzas más reaccionarias de este país quiso hundir en la miseria, pensar en cómo todos le auguraban la desaparición política, el “con esto – lo de la Gestora- ni volverá más”, ver todo eso, ver el Congreso de después, la votación de los militantes, y verlo hoy.
Hoy es el Presidente del Gobierno de España. Jódete, lorito. Con el apoyo de toda la cámara salvo el PP y Ciudadanos que venía a “regenerar la política”, y que lo primero que dice ayer al empezar su discurso es “Rajoy no me ha llamado”. ¿Necesita usted que le llame Rajoy para pensar?... “Papi no me quiere ya”, debería haber dicho.
Pensaba en el Parlamento. Córcholis: igual sí que sirve para algo. Porque el parlamentarismo tiene que servir para algo; no solo para gobernar, decidir leyes, sino también para controlar a los gobiernos, y en su caso, como hoy: echarlos. A eso se le llama política.
¿Qué más tenía que pasar para que el Parlamento decidiera?
Me despido ya. Ya decía esta mañana que no me callo ni debajo del agua, así que si me parece bien algo lo diré y si me parece mal lo diré igual, pero córcholis: Los han echado. Los han echado. Los han echado. Han echado la prepotencia, la mentira, la manipulación de los medios, la falsedad, el falso testimonio, la chulería, la corrupción, el mirar a otro lado, la indiferencia por el dolor ajeno, los desahucios inmisericordes, la destrucción de la sanidad, la educación, la memora histórica para con nuestros fusilados y abandonados en las cunetas, el paternalismo machista, la exclusión de los discapacitados, el desprecio a los emigrantes y a los refugiados. Puedo seguir. Pero principalmente han echado “un modo de ser “que a mí me ha repateado desde pequeña porque lo conozco en persona: el “usted se calla porque lo digo yo”.
Será difícil recuperar todo eso. Y lo primero que hay que recuperar es el diálogo. En vez del “usted se calla”, el “le escucho”. Y tender puentes, y no despreciar, ni humillar. Porque con el “usted se calla” se puede vencer, pero no se convence. Se puede gobernar pero no se convence. Se puede ningunear; pero no se convence.
Ojala sea este el inicio –tímido, inseguro, ya sabemos que desde la realidad que tenemos- de un tiempo al menos en el que la desvergüenza, el oprobio y la indignidad no están en La Moncloa. Ojala empiece de verdad el tiempo de la Decencia.
Buenas noches y Buena Suerte.
Por Alena Collar
Doctora en periodismo
Magnífico artículo de ALENA COLLAR, cuando todo un parlamento decide por un medio totalmente democrático echar a un partido del poder, es indudable, que algo pasa y ese algo, lo resume muy bien Alena Collar.
Ojalá nuestra democracia no vuelva a ser víctima de saqueadores ni de prepotentes y no olviden nuestros políticos, que son servidores fieles del pueblo y ese amo es al único que tienen que servir.
Le ha tocado al PP en el Gobierno, pero es un buen aviso a navegantes para ver si ya de una vez acabamos con la lacra de la corrupción.
Saludos.
Ojalá nuestra democracia no vuelva a ser víctima de saqueadores ni de prepotentes y no olviden nuestros políticos, que son servidores fieles del pueblo y ese amo es al único que tienen que servir.
Le ha tocado al PP en el Gobierno, pero es un buen aviso a navegantes para ver si ya de una vez acabamos con la lacra de la corrupción.
Saludos.