CUANDO LA NOCHE NOS MARQUE
Cuando la noche nos marque sus temores y sus miedos,
puede que llegue y se embarque azotando ciertos credos.
La noche dejará enredos cargados de malos dramas,
mientras el viento en los pueblos mete la gente en las camas.
Un anciano está esperando con ansiedad la alborada,
su vida se va acabando en la fría madrugada.
Cerrar fuerte las ventanas que el viento siga su curso,
luego bajar las persianas que nos darán su recurso.
El anciano va pensando encontrar un buen consuelo,
sobre sus sueños volando quisiera llegar al cielo.
La noche viene cerrada sin dejar apenas luces,
con la mirada cansada dice que vuelan las cruces.
La soledad de la noche le viene dejando llanto,
él no quiere hacer reproche ni sentirse como un santo.
La larga noche marcando sus penosas soledades,
el reloj viene sonando para dejar sus verdades.
La guadaña de la muerte viene brillando de lejos,
quizá ya no exista suerte ni quiera romper complejos.
Esa noche se perfila como un drama pasajero,
que no necesita fila ni vale tener dinero.
El anciano va notando esos clamores del drama,
que te pueden ir dejando la soledad con su calma.
La noche sigue su marcha con la razón sostenida,
y en el silencio te engancha diciendo adiós a la vida.
Las frases quedan borradas de lo que llaman almohada,
que deja bocas cerradas en la seria madrugada.
La alborada va llegando con sus luces y sus sombras,
el aire se va notando que muchas muertes te asombran.
No vale gritar al viento ni reclamar bendiciones,
si se acaba el sufrimiento serán buenas las razones.
G X Cantalapiedra.
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