2º PARTE...

2º PARTE
El rey se encontraba en un dilema trágico porque las Instituciones del Régimen, el Consejo del Reino, el Consejo Nacional del Movimiento y las Cortes se hallaban en manos de franquistas convencidos y detrás se encontraba el ejército, la Guardia Civil y la policía y en la misa de coronación del Rey el cardenal Tarancon manifestaba que debía convertirse en Rey de todos los españoles.
Posteriormente Arias establece un nuevo gobierno haciendo novedades muy significativas como Manuel Fraga en el Ministerio de Gobernación, Areilza en Asuntos Exteriores y Antonio Garrigues en Justicia, todos ellos comprometidos con el cambio.
Transcurrido un largo periodo de inestabilidad política con huelgas, manifestaciones organizadas por los partidos políticos en la clandestinidad y los sindicatos no legalizados obligan al rey a cambiar de decisión de mantener Arias Navarro por su incapacidad para reaccionar con el fortalecimiento de la izquierda y el 9 de junio en las Cortes se aprueba una nueva ley de Asociaciones políticas pero que reforma o modifica el Código Penal que había permitido legalizar los partidos políticos y Arias incapaz de negociar con los grupos ultras del régimen y con la oposición decide dimitir el 1 de julio de 1976. El Rey nombra a Adolfo Suárez como Presidente del Consejo de Ministros.
La principal ventaja de Suárez es que procedía del bunker falangista y guiado por Fernández Miranda utilizaría el sistema contra sí mismo para desmontar el régimen de Franco.
El nombramiento de Adolfo Suárez horrorizo a la oposición porque el pasado falangista del personaje y pensar de que sería incapaz del perjurio que posteriormente hizo a su ideología, siendo el prototipo de un personaje comparando otras controvertidos de la Revolución Francesa como Talleyrand o Fouché en su juventud revolucionarios y después al servicio del absolutismo.
En efecto, Suárez constituyó un gobierno formado por elementos ligados a sectores más progresistas del capitalismo español y estableció los planes para una reforma profunda de democratización.
Suárez se enfrentaba a una complicada situación con una ruptura pactada y por una parte estaba el sector ultra del régimen anterior y el ejército y en la otra la oposición.
Suárez siguió con sus reformas y aunque le fue hostil una fracción muy importante el ejército que luego se puso de manifiesto en el Golpe de Estado del 1981, logró realizar su reforma política con la legalización de las centrales sindicales CNT, UGT, FAI y CCOO, organización sindical del Partido Comunista.
Tras su reforma política legalizó todos los partidos políticos de la oposición como PSOE, PCE y todos los partidos independentistas catalanes, vascos y gallegos incluso la ETA a través de sus organizaciones políticas Herri Batasuna y Euskadico Esquerra.
Han pasado casi cuarenta años de la vigencia de la Constitución del 1978 y habiendo comprobado su fracaso sobre todo, en el mantenimiento de la cohesión de la unidad nacional de los territorios que integran el Estado español y la excesiva deuda acumulada, que supera con exceso el PIB nacional, se augura una quiebra absoluta del Estado, formado por 17 mini Estados, ha llegado la hora de corregir los errores pasados y evitar la descomposición de la nación española a través de un cambio de timón institucional.
Tras la muerte de Franco, su sucesor a título de rey D. Juan Carlos no tuvo la orientación adecuada de los órganos políticos pertinentes del Estado (Consejo del Reino y Consejo Nacional del Movimiento) de diseñar una democracia a imitación de los Estados europeos de su entorno. Entre las monarquías europeas eran todas constitucionales pero los partidos políticos que forman parte del sistema oscilaban todos en el marco desde las ideas conservadoras, centristas y otras más liberales en cuanto a derechos y libertades de los ciudadanos pero lo que no cabían eran movimientos separatistas que no garantizaban la integridad del Estado.