EL BATALLÓN DE LOS PERPLEJOS....

EL BATALLÓN DE LOS PERPLEJOS.

¿Esto es lo que nos espera?

Puestas una detrás de otra, las perlas que Iglesias ha ido enjaretando en su discurso casi estremecen y, a la vez, permiten vislumbrar lo que le espera a España si Sánchez lo mete en La Moncloa.

Álvaro Martínez.

Actualizado: 17/11/2019 01:13h.

Tras el llamado «Pacto del abrazo» (del oso), este batallón cree pertinente abrir unas comillas y ver el corpus intelectual (por llamar de alguna manera a semejante ideario) de Pablo Iglesias, el supuestamente elegido para vicepresidir el Gobierno de España. Este ha sido su discurso. Sin trampa ni cartón, todo es suyo. Ahí lo tienen, de seguido y sin anestesia:

«Cualquier demócrata debería preguntarse si los presos de ETA no deberían ir saliendo ya de las cárceles».

«Sin personas como Otegui no habría paz. Y a los que han contribuido a una situación de paz y de futuro, aunque tengamos muchas diferencias, hay que reconocérselo y hay que agradecérselo».

«A los que gobiernan, los pies les huelen a franquismo. A muchos policías se les debería caer la cara de vergüenza cuando se convierten en matones al servicio de los ricos».

«El enemigo capitalista solo entiende un lenguaje: el de la fuerza».

«Nunca he dejado de proclamarme comunista».

«Una huelga no es una manera de medir un Estado de Derecho. Es una guerra. Y en una guerra nos gusta ir con nuestra mejores armas. Nosotros no somos un ejército, somos una guerrilla en todo caso, pero no nos queremos dejar nuestros Kalashnikov en casa».

«Qué envidia me dan los españoles que viven en Venezuela, un país que puede convertirse en ejemplo democrático para los ciudadanos del sur de Europa».

« ¿Qué es lo que hace un gobernante decente? Expropiar. Decir “ ¡exprópiese!” es decir democracia».

«Pido disculpas por no romper la cara a todos los fachas con los que discuto en televisión».

«Nosotros no decimos ¡Viva el Rey! decimos ¡Viva la República! Un país moderno, feminista, no se merece que a la jefatura del Estado se acceda por fecundación».

«No queremos vivir en un país con presos políticos y no queremos que se conozca la democracia española porque haya presos políticos, nos parece un escándalo».

Lo que antecede es solo una pequeña muestra, diminuta pero ilustrativa, del discurso público de Iglesias. Podrían llenarse periódicos enteros con sandeces aún más radicales. Abramos ahora otras comillas para conocer qué pensaba Pedro Sánchez de su nueva pareja de baile, hace solo año y medio.

«No pienso pactar con populistas de los que hay en nuestro país».

«Les garantizo rotundamente que el PSOE no alcanzará acuerdos con Podemos, porque Podemos no encaja en mi programa».

«Pactar con Iglesias sería perjudicar a los más débiles. Ni antes ni durante ni después pactara el PSOE con Podemos; somos un partido de izquierdas que mira al centro y que atrae al centro».

«Iglesias ha hecho de la mentira su forma de hacer política. Miente más que habla».

Ya ven, Sánchez... un hombre de palabra.

R. 3º.