EL PERIÓDICPO...

EL PERIÓDICPO

Perspectivas del nuevo año

2021: el año de las personas, el planeta y el progreso
En EL PERIÓDICO hacemos transparentes nuestros propósitos para los próximos 12 meses
La vacunación es el reencuentro de Europa con su modelo social que puede imponerse en la geoestrategia de la pospandemia
La economía del futuro no puede ser otra que la verde y digital que se haga responsable de su impacto en la sociedad
Las ciudades serán claves en la gestación de un nuevo modelo de desarrollo sostenible
La política en España tiene asignaturas pendientes: monarquía, poder judicial, Catalunya y regeneración democrática

La noche del 31 de diciembre, en torno a las mesas familiares o de amigos –este año necesariamente reducidas–, tenemos por costumbre enumerar nuestros propósitos y nuestros deseos para el año que empieza. En esta nueva época, que iniciamos el pasado 3 de diciembre, en EL PERIÓDICO trabajamos para afianzar los vínculos con los lectores y usuarios que nos siguen para generar así una comunidad ligada a la información de calidad y la opinión con fundamento. Este propósito lo visualizamos con la nueva «P» que identifica nuestros contenidos. Una «P» que responde a los tres ejes de nuestra apuesta editorial: las personas, el planeta y el progreso. Cada uno de ellos necesita de los otros. Las personas tenemos derecho al progreso, pero hemos entendido que no podemos conseguirlo a costa del planeta. El progreso no tiene sentido si no es al servicio de las personas y preservando el planeta. Y el planeta no sobrevivirá si no acoge el progreso de las personas.

No es un juego de palabras. Es la trama de la vida social, económica y política del siglo XXI que alimenta el río de noticias que consumimos en los medios y en las redes aunque parezca no tener sentido. Así pues, nuestro foco en 2021 lo pondremos en estos tres ámbitos y por ello empezamos el año marcando en el calendario cuáles serán las fechas clave e identificando quiénes serán los protagonistas emergentes de los próximos 12 meses. Queremos, en definitiva, entender el año 2021 y compartirlo entre todos.

Salud y trabajo

La Unión Europea empieza 2021 dando un ejemplo de lo que es la esencia del continente: la campaña de vacunación contra el covid-19 empezó de manera simultánea y equitativa en los 27 estados miembros. La ciencia al servicio de las personas y los poderes públicos asegurando la igualdad de oportunidades de los ciudadanos en un régimen de libertades. No ha sido este el caso ni de Estados Unidos ni de China, ni mucho menos de Rusia.

El modelo social europeo se abre camino en la geopolítica posterior a la pandemia. No será fácil reforzarlo compitiendo con quienes defienden un capitalismo en su versión más salvaje o con quienes hacen del control social la prioridad económica y política. Ni tampoco será fácil reforzarlo frente a los que desde dentro buscan en la UE una simple fuente de financiación de sus proyectos nacionalistas y proteccionistas. Liberada del Reino Unido y con un fondo de recuperación aprobado de 750.000 millones de euros, la UE tendrá a partir del 20 de enero, con la toma de posesión de Joe Biden como presidente de Estados Unidos, un potencial aliado donde en los últimos cuatro años ha tenido un obstáculo. Biden y Kamala Harris, la primera mujer vicepresidenta de la primera potencia mundial, con Janet Yellen al mando de la economía. Empoderamiento de las mujeres que, sin duda, empujará para que la política se ponga más al servicio de las personas. La UE tiene aquí algo que aprender de los norteamericanos, que tienen encomendada a la Reserva Federal una prioridad que no lo es del Banco Central Europeo: generar empleo. Porque el modelo social europeo es inviable sin la creación de puestos de trabajo. Y esta no es tarea fácil en el mundo posterior a la pandemia.

Digital y verde
Es una obviedad que la única economía que tiene futuro es la que sea verde y digital. Respetuosa con el medio ambiente y tecnológicamente avanzada. Este 1 de enero entran en vigor los acuerdos de París en materia de reducción de gases de efecto invernadero. La conciencia medioambiental se abre paso gracias a estos tratados multilaterales –en noviembre tenemos una nueva cita en Glasgow– y al trabajo de activistas como Maria Serra. Los fondos europeos tienen que servir a lo largo de este año para que las empresas españolas profundicen en este ámbito. Tras la inyección de los 140.000 millones de la UE, el objetivo no puede ser otro que conseguir que no quede en el Ibex-35 ninguna gran empresa que no se haya transformado en clave verde y digital. Ese dinero tiene una clara condicionalidad: no puede servir para tapar agujeros ni para volver a llenar España de cemento con infraestructuras obsoletas al servicio de empresas zombis, por grandes que sean. La prueba de que las cosas llevan el camino correcto la tendremos en las primeras adjudicaciones de esos fondos durante este año: no pueden ser para los de siempre para hacer lo de siempre. Ese caudal de dinero debe llegar también a pequeñas y medianas empresas, que es donde se concentra la innovación. Habrá que estar muy vigilantes.

Empresas de impacto

Xavier Pont, consejero de Borges y cofundador de Ship2B, ha explicado en el canal Activos las claves de la nueva economía que, junto a la rentabilidad, tiene que atender al impacto social de su actividad. Ello exige una nueva relación entre las empresas y el Estado. Se necesita un nuevo contrato social que en la era de la digitalización y la globalización establezca los términos justos de la retribución del trabajo y del capital y el papel del sector público en su redistribución.

España afronta a lo largo del año diversos retos para construir paso a paso ese nuevo contrato social que se necesita: la reforma de las pensiones, que justo este 1 de enero eleva a 66 años la edad para cobrar el 100% de la jubilación; el nuevo salario mínimo interprofesional, que se negociará con los agentes sociales en febrero, y la reforma laboral que no tendrá sentido, como tantas otras, si no se cimenta en un amplio acuerdo. Los protagonistas emergentes, pues, de este 2021 no pueden ser otros que quienes tienen la tarea de negociar aspectos clave para el futuro de este país. Han sido capaces de hacerlo en plena pandemia y les animaremos a hacerlo para salir de ella. En caso contrario, la lluvia de millones de la UE no dejará al país mejor preparado para afrontar la siguiente crisis.

Ciudades, el planeta cotidiano

Lo hemos comprobado durante el confinamiento. Los grandes conceptos y los grandes principios se acaban concretando en lo que vemos desde nuestra ventana. Esos vecinos a menudo anónimos y esas calles que conforman nuestra cotidianidad. El futuro del planeta se concentra en las ciudades que han sido el gran foco de la vida civilizada. Más del 80% de las personas viven en ciudades en este siglo XXI. Y las ciudades tienen el reto de la sostenibilidad para seguir siendo foco de civilización. Ese va a ser un reto del año 2021 en urbes como Barcelona, que se prepara para transformar el centro en una isla verde siempre que el transporte público lo permita. Ciudades en las que emergen personajes como Pau Roca, actor metido a restaurador en plena pandemia.

La salsa que tiene que adornar la vida de las personas, asegurar su progreso y preservar el planeta no puede ser otra que la política, aunque demasiado a menudo quede eclipsada por la vida de los partidos y sus idas y venidas, muy miserables a los ojos de la gente corriente que se siente alejada de los profesionales. La política tiene diversas asignaturas pendientes para este 2021: la recuperación del prestigio de las instituciones, especialmente el poder judicial y la Monarquía; el regreso de Catalunya a la política, abandonando las aventuras del activismo y las desventuras de la justicia; el establecimiento de un marco de convivencia que supere los frentes ideológicos o sociales y la profundización de la cultura democrática que significa el respeto por las mayorías expresadas políticamente y por las minorías expresadas socialmente. No es poca tarea para el año que se inicia y que lo tiene muy fácil para ser mejor que el que acaba.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Vivir en Jauja, tiene que ser muy bonito.
Espero y deseo que el Gobierno Central y Progresista, lo consiga, sin discriminaciones ni injusticias y la UNIDAD de España, no sea una utopía.
También que se consiga una justa redistribución de la Renta, a través de un Gran Pacto Social, en el que se impliquen, todos los responsables, del bienestar de los españoles.