Todos estamos asistiendo a la lucha que unos padres,...

Todos estamos asistiendo a la lucha que unos padres, los de Marta del Castillo, están librando para encontrar el cadáver de su hija. Todos entienden el sentimiento de dolor, no solamente porque la mataran, sino porque desean tener a su hija en algún lugar conocido como última manifestación del cariño que le tienen. Y yo pregunto ¿no tienen el mismo derecho los familiares de aquellos que fueron matados, no se sabe ni por qué ni de qué manera y enterrados no se sabe ni donde? Es fácil para los que se colocan al lado de los vencidos decir que hay que olvidar, pero confunden en no remover las diferencias, con no remover la tierra en busca de restos, sin más intención que ésta. En cuanto a los orígenes de la Guerra Incivil, no fue otra que la rebelíón de un ejército cuya misión no era la de hacer política, que, desde el mismo momento de rebelarse, dejaron de ser militares para convertirse en sedicionistas, en rebeldes. Defendiendo ¿qué intereses? los de la clase pudiente y los de la Iglesia. La República era el único gobierno legal y, su ejército, el único con la autoridad legal para actuar. Los rebeldes no eran sino sediciosos que tuvieron la suerte de ser ayudados por los asesinos Hitler y Mussolini y, con la complicidad británica que temía que una clase obrera pusiera en peligro sus industrias en España (esquilmando los recursos de otra nación menos desarrollada, como siempre). En España había una economía sobre todo agrícola, con fincas cuyas extensiones se recorrían a caballo en tres días. La propiedad concentrada en pocas manos ejercían un control sobre las condiciones de trabajo de los jornaleros, casi de esclavitud, les daba igual morir muertos que matados. La enseñanza estaba en manos de la Iglesia. Cuando la República creó 10.000 escuelas, ya se sabe como le sentó a ésta y a sus compañeros los terratenientes. El capitalismo en general ayudó a sus colegas los rebeldes. Juan March, compró el petrolero que venía a España para la República y se lo dio a los rebeldes. Después, con la Dictadura, recibió la devolución de los favores financieros a favor de los rebeldes, en la contienda. Y cabría preguntarse: ¿no se hubiera evitado tanta ruina, muertes, dolor y odio si los rebeldes se hubieran estado quietos y a favor del gobierno legal de la República?. Entre las circunstancias particulares de la España rancia de señoritos terratenientes y la Iglesia anticristiana a favor del capitalismo, con obreros en condiciones de esclavitud, y las democracias europeas y estadounidenses que no quisieron inicialmente molestar a Hitler, miraron para otro lado cuando al firmar el pacto de no intervención, permitieron que los alemanes e italianos enviaran hombres y material bélico a matar españoles (bomnbardeo de Guernica, Málaga, Almería, etc.), violando dicho pacto, practicando su maquinaria bélica para después invadir Europa (las democracias europeas y americanas pagaron su debilidad y cobardía al dejar sola a la República). Periodistas, portugués y americano, comprobaron horrorizados la táctica de terror practicada por los rebeldes: en Badajoz, mataron y quemaron 2.000 prisioneros. A la pregunta del americano que preguntó a Yagüe, la respuesta de éste: ¿Quiere vd. que deje detrás de mí a 2.000 rojos que me puedan crear problemas?. Los generales africanistas que habían combatido en Africa, entre ellos Franco, se trajeron a los "moros" a los que le daban "paga y botín", es decir, te voy a dar una paga si combates a mi lado, y, además, lo que saques: roba, mata, viola, el caso es crear terror. Y los mensajes de Queipo de Llano en la Radio no podían ser más propios de una persona cruel: "las mujeres de los rojos sabrán lo que es un hombre" había que violarlas. O, cuando un poeta Luis Rosales, de derechas, intercedió ante él para no matar a Federico García Lorca, m su respuesta fue: "Café, mucho café", o sea, matar. Está claro que, una vez iniciadas las acciones bélicas entre los legales y los rebeldes, pudieron darse casos entre aquéllos de desmanes, teniendo en cuenta que la República, después de muchas dudas, tuvo que armar al pueblo para compensar la pérdida de parte del ejército y la ayuda que estaban recibiendo los rebeldes por parte de los fascistas como Hitler y Mussolini y la inhibición de Inglaterra y Francia. Pero si malo fueron los 3 años de contienda, el terrorismo de estado practicado por la derecha franquista (ya en solitario, tras la desaparición de Mola y otros) fue terrorífico. Hace unos días están localizando el lugar de enterramiento de 17 mujeres, maltratadas, matadas y enterradas anónimamente porque pretendían saber dónde habían huído sus maridos. Los rebeldes, durante la contienda practicaron el terror sistemáticamente y, después, terminada la guerra, fue terrible: gente apartada de su trabajo, con familias que se quedaron sin comer. Gente señalada y, por ello, fusilada sin más. La penicilina existía en los mercados internacionales, pero en España, los pobres no tenían acceso a ella: muertes, enfermedades, extirpación de órganos como mejor solución a falta de penicilina. Extirpación de tobillos, rótulas, caderas, etc. Eva Duarte de Perón conseguía traer en valija diplomática penicilina para algunos. La Iglesia, si veis fotos, brazo en alto, saludando al estilo fascista, muy gordos, llevando a Franco ¡bajo palio ¡No me vale aquello de que mataran a religiosos y quemaran iglesias, mal hecho, pero Jesucristo dijo: Si te dan una bofetada en la derecha, pon la izquierda. Los posibles desmanes causados durante la contienda por personas que no eran del bando rebelde, estuvieron mal, pero quedan desdibujadas ante el terrorismo de estado sistemático de la postguerra, cruel y deespiadado y, sobre todo, es injustificable la rebelión de Mola, Yagüe, Sanjurjo, Queipo de Llano, Franco (a quien Queipo de Llano llamaba Paquita la Culona, cuando era alumno suyo). Queipo de Llano, como buen asesino, está enterrado en La Macarena de Sevilla y Franco (como buen asesino) en la Iglesia del Valle de los Caídos. En Alemania han borrado cualquier signo que engrandezca a Hitler y lo rechazan. En España, hay quienes hasta presumen de defender a Franco, (colaborador por cierto de Hitler) Y, si se le ocurre censurar el criminal régimen fascista de Franco, pues le puede ocurrir lo que al Juez Garzón. Que aquel enfrentamiento no vuelva a ocurrir, es lo principal, pero que seamos objetivos y analicemos las causas que facilitaronl golbe militar y la posterior represiónm, nos conviene a todos, si no lo hacemos así, es posible que todos salgamos perjudicados