CAYETANO GONZÁLEZ....

CAYETANO GONZÁLEZ.

La victoria de ETA.

El hecho es que ya están ahí, disputándole el poder al denominado "partido guía" de Euskadi.

15/4/2024 - 22:03.

Lo más grave y trascendente que se podrá concluir del resultado de las elecciones vascas del próximo domingo —a tenor de lo que dicen todas las encuestas—, será que ETA, a través de su brazo político Sortu, se convertirá en la ganadora, no sólo de estas elecciones, sino de la lucha que mantiene con España desde su nacimiento en 1959.

Aclaremos que ETA ha sido y sigue siendo algo más que un grupo terrorista. Nació para combatir la dictadura de Franco, siguió matando en democracia y siempre tuvo en su punto de mira a la democracia española. Era y sigue siendo un proyecto político totalitario que usó la violencia para conseguir sus fines, y que una vez desarticulada su estructura terrorista por la Guardia Civil y la Policía Nacional, ha seguido defendiendo en las Instituciones democráticas los objetivos por los que nació hace sesenta y cinco años.

Por lo tanto, a estos efectos, da lo mismo que el próximo domingo, Bildu —la falsa coalición, en la que el único partido que tiene peso y estructura es Sortu, la marca heredera de Batasuna— saque un escaño más o un escaño menos que el PNV. El hecho es que ya están ahí, disputándole el poder al denominado "partido guía" de Euskadi, el fundado por Sabino Arana, algo que no ha sucedido en ninguna otra elección autonómica. Y lo harán, me refiero expresamente a Sortu, sin haber condenado el pasado terrorista de ETA, sin haber pedido claramente perdón a las víctimas y sin haber colaborado en la resolución de los 367 crímenes que quedan todavía por esclarecer.

Los herederos políticos de ETA se han movido con inteligencia en estos últimos años. Han encontrado desde 2019 un auténtico "chollo" en el Palacio de la Moncloa. Con Sánchez en la Presidencia del Gobierno, han sido blanqueados, han sido considerados como un partido político más –"democrático y progresista", llegó a decir hace unos meses el lenguaraz hooligan de Sánchez, el ministro Óscar Puente—, han recibido por parte del jefe del sanchismo el regalo de la Alcaldía de Pamplona; han conseguido el acercamiento de todos sus presos al País Vasco; han intervenido de manera tan decisiva como vergonzante en la redacción de la actual Ley de Memoria Democrática. ¿Qué más podían esperar de quien gobierna en el Estado al que han y siguen combatiendo, ahora sin armas?

No tienen ninguna prisa en llegar al poder en la Comunidad Autónoma Vasca. Su proyecto es a medio-largo plazo. Su líder, Arnaldo Otegui —cuyo nombre ha sido borrado en informes de la Guardia Civil, que le implicaban en dos atentados de ETA en 1980, supuestamente por órdenes políticas que no han sido desmentidas y que deberían ser exigidas, por su gravedad, por la oposición— dijo hace poco tiempo que "cada día, Euskadi se parece más al proyecto de Bildu". Y, tristemente, tiene razón. Hoy, los hijos del PNV votan en gran parte a los herederos políticos de ETA, y los nietos de los militantes socialistas vascos, también. Por supuesto que Podemos y Sumar no van a pintar nada en el panorama político vasco, porque Bildu va a recibir el domingo prácticamente todos los votos que hace cuatro años tuvieron Podemos. En cuanto a Yolanda Díaz, cosechará un nuevo batacazo electoral, después del sufrido en Galicia.

¿Cómo se ha podido llegar hasta aquí? se pueden preguntar muchos ciudadanos. Por múltiples causas: envejecimiento del PNV; renuncia del PSE a defender sus propios valores, convirtiéndose desde hace años en una muleta del nacionalismo gobernante; inexistencia desde el 2005 de un proyecto ilusionante y atractivo del PP vasco, que estuviera enraizado en las peculiaridades de la tierra, pero sobre todo en la fortaleza de España. Y por supuesto, no hay que olvidar —como acertadamente recordaba Javier Somalo en su último artículo— que se calcula en 200.000, las personas que tuvieron que irse del País Vasco, por el clima irrespirable creado por el terrorismo de ETA y por el nacionalismo obligatorio del PNV. Una alteración antidemocrática del censo vasco, que evidentemente a quien más ha favorecido ha sido al binomio PNV-herederos políticos de ETA.

El Parlamento Vasco que va a salir el domingo de las urnas será en un 80% nacionalista/independentista. Y el constitucionalismo quedará reducido a la mínima expresión. Sacando de esa categoría al PSE, que se ha ganado a pulso su exclusión, sólo quedará el PP, al que las encuestas dan 6-7 escaños y VOX con 0-1, de un total de 75 diputados. ¿Es o no es un problema de Estado el futuro del País Vasco y por ende de Navarra?

¿Hay alguien que piense que no estarán muy atentos los nacionalistas/independentistas vascos a lo que pase en Cataluña después de las elecciones del 12 de mayo para no quedarse ni un milímetro atrás en lo que plantee Puigdemont o ERC si consiguen la Presidencia de la Generalitat?

Finalizo con un recuerdo muy especial para las 857 víctimas de ETA. El próximo domingo será un día muy triste para todas ellas y para muchos españoles que han sufrido y las han acompañado en su dolor. Quedará bastante claro que los verdugos han ganado, y las víctimas se podrán preguntar con razón: ¿para que sirvió el sacrificio y la muerte de mi ser querido?