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El 'procés' aterriza en Madrid: las 8 semejanzas
Los últimos movimientos de Ayuso y el resto de protagonistas de los comicios tienen equivalencias en los últimos años de la política catalana

Catalunya tiene (o tenía) fama de adelantar las tendencias que después llegan al resto de España. Hasta ahora, esa cualidad se había circunscrito al ámbito de las artes y la cultura, pero puede estar llegando a otros campos. Casi todos los últimos sucesos que se han visto en la política madrileña tienen un antecedente en el 'procés', que ha dominado el debate público catalán de la pasada década, y que, a juzgar por el resultado de las últimas elecciones, todavía tiene futuro.

Un adelanto electoral que vincula a Ayuso con Mas

La presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha adelantado las elecciones para evitar una moción de censura como la que el PSOE y Cs impulsaron en Murcia. Esa es la explicación oficial, pero un vistazo a las encuestas invita a pensar también en el interés partidista, porque todas apuntan al crecimiento del PP. Artur Mas adelantó las catalanas en 2012, en los primeros años del 'procés', con el pretexto de que Mariano Rajoy cerraba la puerta a un concierto económico para Catalunya, pero con la mal disimulada ambición de sumar a sus 62 diputados los seis que le faltaban para la mayoría absoluta. En vez de eso, en lo que podría ser un aviso para Ayuso, perdió 12 escaños, y pasó de depender del PP en el Parlament a caer en brazos de la pujante ERC de Oriol Junqueras.

Reclamos electorales grandilocuentes

A poco más de un mes de que comience la campaña madrileña, la presidenta de la Comunidad ya ha adelantado cuál va a ser la idea con la que piensa movilizar a sus partidarios. El "Socialismo o libertad" -que después, con el anuncio de que Pablo Iglesias concurrirá a las elecciones transformó en un aún más aparatoso "Comunismo o libertad"- recuerda al reclamo de Mas en 2012, cuando apeló a "La voluntat d'un poble". Fue el año en que CiU se pasó de frenada con los carteles publicitarios en los que presentaba a Mas con una pose de caudillo que recordaba a Moisés, guiando al pueblo con los brazos abiertos. Los tuvo que retirar.

Elecciones entre semana

La premura de la convocatoria en Madrid ha provocado que las elecciones vayan a celebrarse el 4 de mayo, que cae en martes. Tampoco en eso es pionera Ayuso. En Catalunya, las elecciones del 21 de diciembre de 2017 también se celebraron en un día laborable, un jueves. En aquella ocasión, esa fecha coincidía con el plazo de 54 días que marca la ley desde que el Gobierno español tomó el control de la Generalitat por la vía del artículo 155 de la Constitución, el 28 de octubre, y convocó a las urnas.

Del Gobierno a las listas

La principal sorpresa de la última campaña catalana fue la sustitución de Miquel Iceta como candidato del PSC por Salvador Illa. El hasta ese momento ministro de Sanidad anunció que encabezaría la lista de los socialistas un mes y medio antes de las elecciones, y disparó las expectativas de su partido. Hasta el punto de que el PSC logró la victoria, aunque parece que no va a servirle para gobernar. Pablo Iglesias, hasta hace unos días vicepresidente segundo del Gobierno, ha calcado la jugada y el 'timing', y se presentará como candidato de Podemos en Madrid para revitalizar las opciones de su partido.

El peso de los 'outsiders'

En Catalunya, el pastel electoral se había repartido tradicionalmente entre CiU y el PSC. El 'procés' lo cambió todo: contribuyó a provocar la desaparición de CiU -los casos de corrupción también pesaron- y creció el peso de formaciones políticas hasta entonces inéditas en el Parlament. Ciudadanos ganó las elecciones de 2017, y la CUP es ya un grupo consolidado en la Cámara catalana. En la capital de España, al PP y al PSOE les han crecido en los flancos partidos como Vox o Más País -además de Ciudadanos y Podemos-, que pueden ser decisivos después del 4 de mayo.

Mala relación entre socios

ERC y JxCat han demostrado en los últimos años que dos socios de un gobierno pueden llevarse peor entre ellos que con sus supuestos adversarios. La ruptura de la alianza que mantenían hasta ahora el PP y Ciudadanos en Madrid ha evidenciado que tampoco tenían una gran relación. Lo admitió Ayuso tras disolver la Asamblea. "Me da igual que Aguado esté indignado. Más indignada estoy yo. Nos hemos llevado mal siempre, lo sabe todo el mundo", dijo sobre quien había sido su vicepresidente y hombre fuerte de Cs en el Gobierno.

El embrollo judicial

Los partidos independentistas se han quejado en innumerables ocasiones de la "judicialización de la política" de los últimos años. En efecto, cuando el Govern o el Parlament tomaban una decisión controvertida, la reacción de sus adversarios políticos ha sido a menudo la de acudir a los tribunales para intentar -muchas veces con éxito- restituir sus derechos, que creían menoscabados. La última vez sucedió con la fecha de los comicios del 14-F, que el TSJC confirmó después de que la Generalitat hubiera intentado aplazarlos por la pandemia. Las elecciones madrileñas también han llegado a los juzgados: el Tribunal Superior de Justicia de Madrid tuvo que intervenir para certificar que era suficiente con la firma del decreto para que la convocatoria fuera válida, incluso antes de que se publicase en el Boletín Oficial. También para corroborar que las mociones de censura de PSOE y Más Madrid se registraron después de que Ayuso firmara ese decreto.

Auge y caída de Ciudadanos

Aunque nació varios años antes de que el indepedentismo alcanzara su apogeo, Ciudadanos es un partido marcado decisivamente por el 'procés'. La formación fue creciendo por oposición al 'crescendo' soberanista, y llegó a ganar las elecciones de 2017 cuando apenas hacía una década que existía. Luego se despeñó, y en las últimas autonómicas ha perdido 30 diputados en el Parlament y se ha quedado con seis. El partido vivió una evolución paralela en toda España: de la mano de Albert Rivera estuvo a punto de superar al PP como principal partido de oposición en las primeras elecciones de 2019. En las segundas se dio un batacazo del que aún no se ha recuperado. Pese a todo, conserva un peso importante y cogobierna en varias comunidades. Madrid será la próxima prueba para la formación que ahora preside Inés Arrimadas. Según las encuestas, si en las últimas autonómicas Ciudadanos obtuvo 26 representantes en la Asamblea, ahora podría quedarse fuera. Edmundo Bal sustituye como candidato a Ignacio Aguado para tratar de evitarlo.